Soy un loco de Football Manager. Cada año le meto más cientos de horas a la nueva edición, creando partidas cada vez más locas como la de Kaiserlautern que os conté hace un par de meses. Me gustaría decir que soy fan de los videojuegos "de manager", pero la realidad es que me cuesta mucho encontrar nuevos títulos deportivos que tengan este acercamiento al mundo de la gestión, y que me atrapen como lo hace FM cada temporada.
He probado un montón de títulos de baloncesto que no dejan de decepcionarme, jugué en su día a Hockey Manager, y sigo esperando a que llegue un manager de League of Legends (porque no quiero versiones para móviles descafeinadas y pay2win), pero por el momento sólo he conseguido engancharme con fuerza a algún que otro Pro Cycling Manager. Hasta que probé desde hace unos días F1 Manager 2022.
La toma de decisiones importa
Desde la llegada de Liberty Media 2016, la Fórmula 1 ha vivido una explosión. Además de la toma de decisiones radicales a favor del espectáculo en pista, también se han ido creando productos de entretenimiento tan interesantes como el Drive to Survive de Netflix. Por no hablar de la expansión de la marca en Estados Unidos, un lugar tradicionalmente asociado a otras competiciones de motor como la NASCAR o la IndyCar.
F1 Manager es una pata más de este plan. Un plan, con más visos de tener éxito que el de Fernando Alonso, porque no busca inventar nada. Las historias, rivalidades y emoción ya estaban ahí, pero es el momento de potenciarlo hasta el punto de convertirlo en un deporte global.
Y quizás lo más interesante es que F1 Manager no tiene ningún interés en imitar al ganador del género de la gestión deportiva como es FM. Esto no va de tener una gran base de datos y buscar a los mejores, que también, si no de tomar decisiones concretas en carrera, gestionar un presupuesto y un calendario para cumplir unos objetivos concretos.
Un sello propio
Eso es posiblemente lo que haga que el juego sea un éxito, o al menos lo que ha propiciado que yo esté enganchadísimo a lo que propone. Cuando estás fuera de un fin de semana de carreras quieres que acabe para poder diseñar e instalar ese nuevo chasis, mientras cuando estás fuera, quieres que lleguen las carreras para poner a prueba esa nueva estrategia.
Su carta de presentación fueron los gráficos, de eso no hay duda. Y es algo importante, porque la F1 vende espectáculo, haciendo que sea necesario ver los adelantamientos y momentos clave en todo su esplendor. Pero a diferencia de un juego de carreras convencional, aquí el objetivo es que te impliques más en el rol de gestor. La sensación de adelantar a un rival siendo tú el que estás al volante es bien distinta a la que tienes como director del equipo.
F1 Manager ha conseguido lo que muchos otros no han podido: ser un juego de gestión deportiva con sello propio. Ya hablaré más del juego cuando llegue el momento del análisis, pero por el momento quedaos con la idea de que es uno de los títulos que más me ha obsesionado en lo que va de año.