Cada nuevo juego de Riot Games es siempre uno de los más esperados. Desde que la compañía anunció en su evento de décimo aniversario que al fin iban a hacer valer la ese de su nombre con más lanzamientos, la comunidad se ha mantenido a la espera de cada nuevo título. Hubo éxitos dispares, pero no nos atreveríamos a catalogar ninguno de ellos como una decepción.
Uno de los más esperados era League of Legends: Wild Rift. La adaptación de la saga para teléfonos móviles y consolas que iba a llevar el MOBA más exitoso del mercado a todas las plataformas habidas y por haber. Una tarea que de momento la desarrolladora completa a medias con un lanzamiento escalonado que llega en exclusiva temporal para smartphones y que es capaz de superar las expectativas.
Wild Rift y la importancia de ganarse el nombre League of Legends
Tenemos que confesar que instalar una versión de League of Legends desde la Google Store (App Store en iOS) en nuestros teléfonos móviles se nos ha hecho extremadamente raro. Da igual cuánto supiéramos del lanzamiento del título. El ritual de coger teclado y ratón para convertirnos en Invocadores y dar el salto a la Grieta parecía un imprescindible. Un trauma inicial de algo menos de dos gigas en los que, como quizás os pase a vosotros, teníamos muchas dudas.
Sin embargo, esta iniciación fuera de las fronteras del juego pronto convierte las inseguridades en certezas. Desde el mismo momento en el que podemos abrir Wild Rift e iniciar sesión con nuestra cuenta de Riot nos queda claro que el juego es exactamente lo que esperábamos. Basta con el inicio de los tutoriales, que son bastante exentos y nos ayudarán si somos jugadores novatos en teléfonos móviles, para dejar clara una cosa: estamos ante una adaptación que recoge toda la esencia del original.
Quizás ese era el gran miedo de muchos jugadores y el que había que desterrar. League of Legends: Wild rift no es un producto perezoso o una experiencia inferior a la del título de PC. Como prometía la desarrolladora se trata de un complemento que puede hacer de alternativa a la experiencia original. Otra forma de entender el universo y el espacio de combate más famoso de toda Runaterra que, además de recibir un nombre privilegiado por herencia, se gana a pulso cada una de sus letras.
Una experiencia para todos
Lo primero que hay que dejar claro con League of Legends: Wild Rift es que no se trata de un título que solo puedan disfrutar los jugadores habituales del original. Es cierto que si venimos del mundo del PC o de otros MOBA en teléfonos móviles nos va a resultar muy fácil entenderlo todo. Sin embargo, los novatos no van a tener demasiados problemas para adaptarse a la experiencia.
Entre la cantidad ingente de tutoriales que ofrece y la posibilidad de jugar contra una Inteligencia Artificial realmente trabajada y que nos puede apretar las tuercas, lo cierto es que aprender a jugar puede convertirse en un proceso mucho más ligero. Lo admitía la propia Riot en conferencia de prensa, asegurando que habían invertido muchos esfuerzos en que nadie se quedara atrás.
Las mecánicas exclusivas del juego en iOS y Androdi están disponibles mediante prácticas extensas que van de cosas tan sencillas como la elección de objetivos a los que golpear para poder controlar los últimos golpes a la limpieza de la jungla. Aun así, los mecanismos automatizados del juego para ayudar con el control funcionan de forma bastante consistente y será fácil comenzar a jugar incluso saltándonos a la torera.
Adiós a los mecanismos del juego móvil
Olvídate de los sistemas de energía, de las vidas y de tantos otros clásicos desagradables que acompañaron al juego móvil desde sus inicios. League of Legends: Wild Rift es la adaptación de un gigante del mundo de los videojuegos y va a estar a la altura del desafío de dar el salto a una plataforma que parecía seguir sus propias normas. Riot Games no pasa por aro, si no que lo destruye para poner unas nuevas reglas de juego.
El sistema de monetización está basado en varias divisas. Las dos más importantes son las Motas Azules y los Núcleos Salvajes. Para los jugadores del original será fácil cambiarles el nombre a Esencias Azules y Riot Points, ya que son prácticamente lo mismo y cumplen la misma función en el juego. Con las motas podremos desbloquear campeones de forma gratuita mientras que los núcleos nos permiten comprar prácticamente todo.
Estamos hablando de una monetización que permite a los jugadores disfrutar del juego. Si no quieres gastarte ni un solo céntimo, adelante, podrás jugar tan bien como el resto de los usuarios y sin tener ningún tipo de desventaja competitiva. Quizás tengas menos campeones, pero nada que realmente te impida derrotar a los oponentes en la nueva Grieta Salvaje. Tampoco nos satura Riot Games con anuncios ni ruletas como si hacen otras adaptaciones de juegos triple a que parecen la teletienda.
Eso sí, parece que la alternativa de Riot Games de desechar todas estas opciones que no aportan nada a los jugadores no ha implicado que dejen de lado lo más agradable de los teléfonos móviles. En cuanto iniciemos el juego tendremos ya dos eventos disponibes: el de Academia y las Recompensas de Grieta a Grieta. Incentivos para jugar que nos otorgarán recompensas para progresar a una velocidad endemoniada.
La Grieta Salvaje
Si un amigo viniera y me preguntara que tal Wild Rift, lo cierto es que no tendría muchas dudas sobre qué responderle: es League of Legends para móviles. No porque se trate de la adaptación oficial de Riot Games, si no porque estamos hablando de un juego que es capaz de interpretar el original con algunas mecánicas muy originales pero que respeta por completo la esencia. Como dijimos antes, se gana el nombre sangrando cada una de sus letras.
A la hora de entrar en partida, que dura entre 15 y 20 minutos de media, la sensación es muy similar. El control funciona bien y ayuda a sumergirte en el juego como lo has hecho toda la vida, o como no lo has hecho nunca si eres nuevo. Tenemos sistemas automatizados que responden de forma solvente y lanzamientos de tiro de habilidad que tras tres o cuatro intentos se hacen muy intuitivos. Voy a ser sincero con vosotros: hasta ahora apenas he jugado una decena de juegos en móviles y he abandonado todos pronto, pero se que seguiré en Wild Rift dentro de unos meses.
El título funciona a la perfección con su modo espejo que siempre nos hace jugar desde el lado más favorable para nuestra cámara y al que nos haremos rápidamente. Además, incluye algunos añadidos que ya firmarían los jugadores del League of Legends original en ordenadores para su juego. Ahí están el sistema de seguimiento de las definitivas globales con solo pulsar un botón o lo agradable que se hacen unas partidas con un chat olvidable en el que impera un sistema de comunicación predefinida más que los mensajes personalizados.
Tampoco podemos dejar de hablar del apartado gráfico, que es prácticamente perfecto. Desde los modelados 3D y las animaciones hasta la sensación en partida es mejor que en el juego original. Los movimientos se sienten más orgánicos y trabajados, con una Riot Games que se ha liberado del yugo de los 10 años que tiene a sus espaldas en un Wild Rift mucho más fresco y fluido.
Problemas endémicos
Lo único desagradable de Wild Rift es, probablemente, algo a lo que los usuarios de móviles estarán acostumbrados y por lo que suele decirse que la Tablet es, irónicamente, el mejor espacio para jugar. Los controles ocupan demasiado en la pantalla y parece complicado que pueda solucionarse. No es impedimento para jugar o disfrutar, aunque a veces si se hace bastante molesto que quede una zona hábil relativamente pequeña.
Riot Games pasa por encima de esta barrera con indicadores en pantalla para que no nos perdamos nada y manejando los ángulos o el foco cuando lanzamos una habilidad a larga distancia. Una solución bastante buena que permite superarlo, pero que no deja de ser uno de los puntos débiles de este título y que otorgará cierta ventaja a los jugadores con pantallas más amplias.
En principio el título esta pensado para funcionar rematadamente mal en emuladores, algo que Riot Games no quiere tolerar y que ya ha demostrado con baneos a usuarios en otras regiones que querían jugar a Wild Rift desde un PC. Eso sí, podremos disfrutarlo con mando sin restricciones. La desarrolladora monitorizará la situación, pero de momento no hay planes de separar a los jugadores por dispositivo de juego o forma de control.
Conclusiones
League of Legends: Wild Rift se va a ganar un espacio privilegiado en tu smartphone. La adaptación de Riot Games y Tencent funciona a la perfección y va a ser una de las novedades más destacables de este año 2020 en el sector del videojuego en general. Habrá que ser pacientes a ver la evolución del título de cara al futuro, pero solo podemos valorar lo que ahora tenemos delante, y lo que hay es más que prometedor para un juego que sigue en formato beta.