Han pasado más de siete meses desde que Pokémon dio el salto generacional con Espada y Escudo para traernos un nuevo territorio y, por supuesto, nuevas criaturas que capturar. Y aunque a los seguidores de la serie se nos ha tenido entretenidos con Pokémon Go entre otras cosas, ahora llega el momento, en forma de ampliación descargable, de salir de nuevo en busca de nuevas criaturas que satisfarán nuestras ansias de entrenar.
La Isla de la Armadura nos propone una nueva zona dentro de la ya conocida región de Galar, y que ya exploramos en profundidad en el juego principal. Una vez activado el contenido y pasada la primera pequeña introducción, nos dirigiremos a la citada isla con el fin de pasar allí las próximas horas de nuestra aventura. La primera impresión que nos da este nuevo territorio es que tiene un tamaño más que aceptable, con una buena cantidad de biotopos como ríos, cuevas, mares, playas, bosques, llanuras y desiertos en los que podremos encontrar a los pokémon característicos en cada una de ellas.
Si con Espada y Escudo ya probamos las mieles de un juego tipo sandbox, con bastante libertad de movimientos, en esta expansión no podía ser menos y por supuesto sigue la tónica del juego principal. Podemos ir de un lado a otro mientras vemos a los pokémon aparecer antes de tener que enfrentarnos con ellos, lo que nos da la opción de decidir si queremos entrar en combate o preferimos evitarlo. La mayor diferencia en este sentido es ese paso adelante dado en el camino de la libertad de movimientos, y dentro de la isla podemos ir donde mejor nos parezca desde el primer momento, sin la constricción que suponían las antiguas rutas. Es posible que GameFreak nos esté mostrando su manera de entender los futuros juegos de la saga, algo que de ser así, nos promete algo muy grande para las próximas entregas.
Como incentivo para ayudarnos a explorar la nueva isla, una de las primeras misiones que nos encontraremos, aunque es totalmente opcional, es la de encontrar a 151 Digletts de Alola escondidos por toda la isla. Con esta excusa, recorrer cada rincón de la Isla de la Armadura se nos va a convertir en un placer y un pasatiempo estupendo, aunque por supuesto con algunas cosas a mejorar.
Una de las cosas más molestas en este DLC es la forma de gestionar nuestra posición en el mapa. Si GameFreak quiere, como parece, darle importancia a la exploración libre no puede seguir dejando que nuestra posición en el mapa sea relativa y se reduzca a mostrarnos en qué zona estamos. Esto, sumado al hecho de que cada vez que nos enfrentamos a un pokémon perdemos la posición de la cámara que se coloca siempre a nuestra espalda, nos hace que en más de una ocasión nos sintamos desorientados y que nos cueste más de lo que debería llegar a determinados sitios.
La Isla de la Armadura nos trae de vuelta a varios pokémon de anteriores generaciones, con un apartado específico en la Pokédex dedicado a esta zona. Esto nos va a ayudar a seguir el lema de la saga y hacernos con todos, que es lo que verdaderamente motiva a todos los entrenadores de Pokémon. Aunque irónicamente, una de las cosas que nos va a dificultar este hecho es el más que probable alto nivel al que estamos ya en nuestra aventura. Si somos de los que ya hemos completado el juego principal, los pokémon que aparezcan en la isla serán de nivel 60, por lo que si, como es más que probable, estamos por encima del 80, la dificultad para atrapar criaturas vendrá dada por lo fácil que será acabar con ellos antes de debilitarlos. Más de uno y más de dos hemos perdido por acabar con ellos antes de poder lanzarles una pokéball.
En lo que se refiere a la aventura que estamos a punto de vivir, nos vamos a encontrar con una historia bastante corta en la que la única parte que nos va a llevar más tiempo será aumentar el nivel de una criatura concreta, pero no adelantemos acontecimientos.
Hablando de la duración, una de las decisiones difíciles de entender en esta expansión es que no hay combates con otros entrenadores. Algo que ya estaba en la aventura principal y que aportaba algo de variedad a los combates y que ha sido suprimido de manera incomprensible. Esta extraña decisión afecta de manera directa a la duración de este DLC, y dado que no va sobrado de esta, esos combates aleatorios le habrían sentado ciertamente bien a esta expansión.
El objetivo de esta nueva incursión no es otro que hacernos con la nueva Armadura, que como veremos cuando la historia vaya llegando a su fin no es otro que Kubfu, el nuevo Pokémon de esta entrega y que se han propuesto, de manera bastante artificial, que se convierta en nuestro nuevo mejor amigo. Para ello, superadas las dos primeras pruebas y una vez lo hayamos desbloqueado se nos obligará a ir con él a ciertas zonas de la isla para aumentar nuestra afinidad con él, y como hemos mencionado antes, se nos obligará a aumentar su nivel por encima de los 60 puntos para poder superar la última prueba de este nuevo modo historia. Es verdad que el hecho de que se nos fuerce a hacer esto va alargar las horas de duración de La Isla de la Armadura, pero de una manera que nos resulta hasta poco ética. Por lo demás, esta expansión es lo que cualquiera podría esperar, y si tenemos en cuenta que con el precio que cuesta también tendremos acceso a Las Nieves de la Corona en el próximo otoño, en nuestra opinión los treinta euros de desembolso que nos supone este pase de temporada merecen la pena.