Con más de una docena de ediciones principales repartidas a lo largo ocho regiones, Pokémon es una de las franquicias más extensas del mercado de los videojuegos incluso si solo consideramos su saga principal. Un extenso mundo lleno de curiosidades que invita al descubrimiento y a conocer esos pequeños detalles que ignoran los entrenadores menos dedicados al estudio de este universo y sus especies. Precisamente será en una de esas pequeñas cosas en las que vamos a centrarnos en esta pieza. Concretamente, resolveremos una cuestión interesante entre lo intrascendente: ¿cuál es el pokémon más difícil de obtener en las entregas de la saga principal?
Para responder a la pregunta, nos hemos centrado en cómo de difícil es obtenerlos en estado salvaje. Por lo tanto, no aparecerán los legendarios o singulares de obtención garantizada. Tampoco estará el desalmado Feebas que estabais esperando y que tantos problemas nos dio en la versión original Rubi, Zafiro y Esmeralda. La selección la conforman tres criaturas que están en lo más alto de lo más alto cuando nos referimos a la dificultad de obtenerlos de forma salvaje.
Munchlax en el Diamante y Perla original
Quizá era uno de los pokémon que más esperabais ver en esta particular lista. Obtener a Munchlax en las ediciones originales de cuarta generación era prácticamente imposible. Solo podía conseguirse en los árboles de miel. Había un total de este tipo de plantaciones en la región de Sinnoh, saliendo esta criatura solo en cuatro de ellas que no se podían conocer de antemano y con un ratio de aparición del 1%. Haciendo las matemáticas rápidas, la probabilidad de que apareciese embadurnando de miel un solo árbol era de aproximadamente de ocho entre mil.
Por si fuera poco, el pokémon que aparece tras seis horas de espera una vez colocada la miel queda determinado al momento de ponerla. Esto quiere decir que no podemos resetear la consola sin descanso para lograr el encuentro aleatorio que deseamos. Debemos poner la miel y rezar para que sea nuestro ansiado Muchlax el que aparezca. A excepción de búsquedas de Shiny, es probablemente la criatura más difícil de capturar en el juego en el que hace aparición.
Volcarona y Salamence en Séptima generación
Muchos jugadores ni siquiera serán conscientes de que Volcarona (versiones Ultra) y Salamence (Sol y Luna) aparecen en estado salvaje en las aventuras de séptima generación. Sin embargo, estos dos pokémon pueden obtenerse gracias a la mecánica de ayudas del juego mediante la cual las criaturas encontradas en la naturaleza llaman a compañeros de su misma especie para que les ayuden. De este modo, es posible que cuando encontramos a Bagon o Larvesta nos sorprendan llamando a sus “hermanos mayores” y haciéndolos capturables.
El problema viene cuando atendemos a las probabilidades. Bagon y Larvesta apenas aparecen en un par de rutas con un 1% de probabilidades. Es exactamente ese 1% la posibilidad de que el acompañante llamado sea Salamence o Volcarona. Teniendo en cuenta que los pokémon no piden refuerzos en todos los turnos, el proceso es aburridísimo y podría llevarnos una eternidad ya que las probabilidades de hacerlo a la primera son una entre diez mil. Tal como dicen en el canal Metapod para Presidente donde han recopilado estos casos para todas las ediciones de los juegos principales, más vale que lo hagamos con la consola conectada al cargador porque la batería podría no durar tanto tiempo.