Cuando un videojuego aguanta décadas en el mercado es señal inconfundible de que se ha convertido en algo más. Cuando Game Freak lanzó su primera versión allá por 1996 en Japón y se dio a conocer al mundo poco después, pocos podrían imaginar que el universo que acababan de crear alcanzaría la dimensión que tiene hoy. Pokémon cumple veinte años de su salida en España, y durante los últimos tres no hemos visto una nueva edición. Desde el lanzamiento de Nintendo Switch la comunidad esperaba con ansia una nueva entrega, y aunque se animó un poco la espera con la reedición el año pasado de Pokémon Amarillo, ya se puede decir que dicha espera ha llegado a su fin, y Pokémon Espada y Escudo ya está en nuestras estanterías para demostrarnos que, como decía la canción, veinte años no es nada.
Hazte con (casi) todos
A pesar de la polémica suscitada con la ausencia de Pokedex Nacional, que por primera vez desde 2003 (Pokémon Rubí y Zafiro) nos impedirá seguir a rajatabla el famoso eslogan de la saga, hazte con todos, la cantidad disponible de criaturas en este juego es lo suficiente como para tenernos enganchados a la pantalla de nuestra Switch durante muchas horas después de acabar la aventura principal. Aunque cuenta con menos de noventa nuevas incorporaciones, la lista de pokémon a descubrir en el juego llega hasta casi cuatrocientos, incluyendo los clásicos, los legendarios y los exclusivos de cada versión de los que hablaremos en un momento y que como es habitual en la serie se consiguen mediante intercambio con alguien que posea la otra versión. Conseguir todos ellos es una tarea no apta para quien se rinde fácil, ya que como hemos visto otras veces algunos de ellos no se pueden encontrar de forma salvaje y para conseguirlos debemos realizar ciertas tareas con la finalidad de que uno de nuestros compañeros evolucione a la forma que nos falta. Estas tareas suelen ser usar una piedra concreta o realizar un intercambio mediante la red con alguien que nos lo acepte, por lo que deberemos dedicar un buen tiempo hasta que consigamos hacernos con todos.
La gran decisión
Otra de las características que definen a la saga desde el momento de su nacimiento es la forma que tiene de hacernos participar, de hacernos sentir que nuestro juego es especial. Hablamos de la gran elección, que empieza incluso antes de comprar el juego en la tienda mientras nos decidimos por qué versión queremos. En esta ocasión, y para el análisis hemos optado por Pokémon Escudo y el pokémon inicial Sorbunny. En principio, y de forma jugable, ninguna de estas decisiones afecta de gran manera en la experiencia. Es decir, al final básicamente tendremos que hacer lo mismo pero de distinta forma si elegimos una u otra versión o un pokémon inicial distinto. Pero sí hay una serie de diferencias que conviene que conozcas antes de lanzarte de cabeza entre uno y otro.
Las diferencias entre versiones se refieren básicamente a los pokémon exclusivos de una y otra. Mientras que en Pokémon Espada encontramos a Ponyta, Rapidash, Larvitar, Pupitar, Tyranitar, Goomy, Sliggo, Goodra y el legendario de esta versión, Zamazenta, mientras que en Pokémon Escudo podemos encontrar de manera exclusiva a Farfetch’d, Sirfetch’d, Deino, Zweilous, Hydreigon, Jangmo-o, Hakamo-o, Kommo-o y su legendario exclusivo, Zacian. Pero estas no son las únicas diferencias que encontramos de una versión a otra. En uno de los gimnasios que debemos superar en nuestra aventura, el líder, y por lo tanto la forma de afrontarlo, cambia de una versión a otra. Mientras que en Pokémon Espada encontraremos a Bea, una entrenadora que es especialista en pokémon del tipo lucha, en Pokémon Escudo nos enfrentaremos a Allister, que entrena a pokémon tipo fantasma.
Respecto a la elección inicial, la tradición manda, y las tres opciones que se nos da a principio de la aventura son Grookey, Sorbunny y Sobble. Unos pokémon de tipo planta, fuego y agua respectivamente y cada uno con sus fortalezas y debilidades que nos facilitarán los combates de una forma u otra. Para nosotros la manera natural de evolucionar en Pokémon Espada y Escudo es la elección de fuego, puesto que nuestros primeros combates serán contra otros pokémon tipo bicho y el primer gimnasio a abordar es de tipo planta, ambas, muy débiles contra el fuego. Pero como decíamos al principio, esta elección no tiene demasiada influencia por lo que si eres de aquellos tipos raros que eligieron a Bulbasaur, también puedes ser feliz evolucionando a tu pequeño Sobble. Al final, es casi una decisión estética.
La nueva región
Como en cada nueva entrega de la serie, además de presentarnos una nueva generación de estos encantadores bichos, se nos trae una nueva región para explorar. Desde aquellos años donde Kanto se convirtió casi en parte de nuestro mapa cotidiano hasta hoy hemos visitado regiones de lo más variopinto. En esta ocasión nuestra aventura transcurre en Galar, una región que tiene una estética basada claramente en Inglaterra, con su gran ciudad industrial y sus pequeños pueblos alrededor. Tomamos el papel del mejor amigo del hermano del gran campeón de la Liga Pokémon, y por supuesto es nuestro sueño superar a nuestro ídolo. Aunque la intención como jugadores es la de siempre, hay una historia de fondo que hace de este Pokémon Espada y EScudo algo un poco más profundo de lo que estamos acostumbrados a ver. Siempre teniendo en cuenta que es un juego también orientado a los más pequeños de la casa y por lo tanto no cuenta con relaciones enrevesadas entre los personajes ni con grandes giros de guión, sí que se aprecia una vuelta de tuerca respecto a anteriores ediciones y que nos hace también disfrutar de la aventura como juego en sí mismo, y no sólo nos da el placer de salir a cazar pokémon.
En este sentido volvemos al habitual sistema de ciudades y gimnasios, que debemos visitar y superar en orden determinado para poder seguir avanzando. Como siempre, cada gimnasio y sus alrededores están plagados de pokémon de un tipo concreto, lo que nos obligará a cazar y evolucionar a criaturas que exploten la debilidad de cada uno de ellos para acometer nuestra tarea con ciertas garantías de éxito. Uno de los aportes que hace Pokémon Escudo y Espada, aunque más que una novedad es una evolución de lo ya visto en Pokémon Sol y Luna, son las pruebas que tendremos que superar antes de acceder al combate final en cada gimnasio. En cada uno de ellos varía, aportando un poco de dinamismo y diferenciando cada uno de ellos. Una vez superada la prueba de turno y batidos todos los entrenadores que nos encontremos es cuando se nos permitirá acceder a la gran final en el estadio correspondiente. Y es que la Liga Pokémon es el evento nacional por excelencia y sus combates son seguidos por cientos de miles de personas por todo el país. Cada final disputada en estos estadios es seguida con fervor por miles de fans que abarrotan las gradas. Esto no sería más que un cambio estético de no ser por otra de las novedades que nos trae Pokémon Espada y Escudo, las formas Dinamax y Gigamax de nuestros pokémon.
En algunas zonas, como los estadios, tendremos la oportunidad de una vez por combate y durante tres turnos, transformar nuestro pokémon en su forma aumentada, lo que nos da una mayor potencia de y nos permite realizar más de un ataque por cada turno, en una combinación de dos por uno. Esto añade un componente estratégico más, especialmente en los gimnasios más avanzados, y nos obligará a elegir qué pokémon queremos maximizar y a elegir el momento adecuado para hacerlo. Aunque mucho antes de llegar a cualquier de estos estadios ya habremos visto estos pokémon gigantes en las incursiones.
Las incursiones
Estas incursiones son otra de la novedades de la serie. Una vez acabemos la primera zona, que más nos sirve de aclimatación y tutorial que de otra cosa, tendremos acceso a la primera de las zonas libres, el Área Silvestre. En estas zonas además de poder usar la cámara libremente por primera vez en la serie, veremos ciertos nidos de los que emana una luz de color rosa que nos indica que en ese nido podemos encontrar un pokémon en su forma Gigamax y se nos da la oportunidad de enfrentarnos a él. Para ello podremos elegir cualquiera de los pokémon que tengamos disponibles, incluyendo aquellos que puedan estar debilitados o los que tengamos en las cajas. Por primera vez en la saga, y aunque solo en estas incursiones, podremos elegir literalmente a cualquiera de nuestras criaturas.
Además, se nos da la muy recomendable opción de realizar estos combates en compañía de tres amigos, una oportunidad única para preparar la estrategia perfecta para hacernos con ese pokémon deseado. Si somos jugadores solitarios será la CPU quien elija a nuestros compañeros, con muy buen criterio además, escogiendo luchadores que se complementarán con el nuestro y nos darán apoyo haciendo ataques complementarios e incluso curando a nuestro pokémon si es necesario. La victoria en estas incursiones nos garantiza, además del pokémon que hayamos derrotado, un buen puñado de bayas y objetos de diversa utilidad.
Los campamentos
Otro de los aportes que nos hace Pokémon Espada y Escudo son las acampadas. En prácticamente todas las zonas del juego, menos en el interior de los edificios, tendremos la oportunidad de montar nuestro campamento. En ellos podremos ver a nuestro equipo pokémon jugando libremente y tendremos la oportunidad de cuidar de ellos y entretenerlos como si estuviéramos en un juego de cuidado de mascotas cualquiera. También se nos da la opción de cocinar las bayas e ingredientes que hayamos recogido en nuestra aventura, algo que nos permitirá restaurar la salud de todos los pokémon presentes en nuestro equipo a la par que mejoramos nuestra relación con estos. Acampar en la zona silvestre además nos da la oportunidad de recibir visitas de nuestros amigos online para que jueguen con nuestros pokémon y nos dejen de paso algún regalo.
Pero si estas novedades son importantes, lo mejor que tiene Pokémon Espada y EScudo es el empeño que pone en contentar a todos los jugadores. Los veinte años que Game Freak lleva haciendo felices a niños y menos niños tienen su culmen en esta entrega que mezcla con acierto y sin pudor características de todos los juegos vistos hasta ahora. Una de las novedades que vimos en el remake del año pasado fue la posibilidad de ver a los pokémon en la hierba antes de enfrentarnos a ellos. Esta característica no le gustó a todo el mundo, así que en esta ocasión se ha optado por un sistema mixto.
Seguimos viendo a algunas de estas criaturas mientras paseamos de un lado a otro, pero también veremos a veces que la hierba se mueve sin saber qué pokémon se esconde ahí, y tendremos que entrar en el combate para averiguarlo. También tendremos que estar atentos a las condiciones climáticas, que tienen incidencia directa en los combates. Si llueve nuestros pokémon tipo fuego estarán debilitados mientras que el granizo, por poner dos ejemplos, afecta con daño a todos los pokémon presentes en el combate al final de cada turno. En el sentido esctricto de la captura de pokémon echamos de menos alguna interacción al lanzar la pokeball. Nos habría gustado que se aprovechase el giroscopio de la consola al estilo de Pokémon Go, o que al menos hubiera la posibilidad de soltar la bola con más o menos acierto usando los botones como hacíamos en Pokémon Let’s Go. Quizá se haya buscado simplificar este aspecto, pero dar al menos la opción de hacerlo así o quizá usando la pantalla táctil no habría estado de más.
El postgame
Aunque queremos evitar los spoiler en la medida de lo posible, una vez derrotado el último de los entrenadores y resuelto el gran misterio de Galar, la aventura termina, pero no así el juego. Es aquí donde las quejas de muchos jugadores cobran sentido. Acostumbrados como estamos a recibir la Pokedex Nacional al final de la aventura, que nos da la posibilidad de recoger todos los pokémon aparecidos de todos los juegos hasta la fecha, esta vez, y por las declaraciones de los desarrolladores es una decisión que seguirá presente en próximas entregas, no se nos da esa opción. Como ya hemos dicho, conseguir los pokémon presentes en el juego nos tendrá entretenidos durante muchas horas, pero sin duda se ha perdido una gran oportunidad para tener una Pokedex con más de mil pokémon, algo que al principio de la serie no se podía ni soñar.