La Set 6 waiting room acaba de abrirse de par en par. En MGG hemos podido probar Chismes y cachivaches, la nueva etapa de Teamfight Tactics. El autobattler de League of Legends lleva con nosotros el suficiente tiempo como para haber visto 5 sets pretéritos, el desembarco en móviles como juego independiente de League of Legends y hasta dos campeonatos mundiales.
Hemos podido jugar varias partidas con creadores de contenido, streamers, jugadores y compañeros de otros medios de comunicación. A través de estas partidas, hemos podido probar todos los nuevos campeones, sus flamantes atributos y las mecánicas que Riot Games ha confeccionado para esta nueva etapa de Teamfight Tactics. Os contamos nuestras impresiones en este artículo.
Honor a los Sets caídos
¿Por qué empezamos hablando del resto de sets? Porque en nuestras anteriores impresiones del anterior Set, Juicio Final, usamos la metáfora del risotto para hablar de el punto de madurez al que creíamos que llegaba TFT. Pues si la anterior expansión se centraba en mejorar en base a lo aprendido durante todas las anteriores y al feedback de la comunidad, esta se centra en recoger las mecánicas, ventajas e incluso campeones más apreciados por la comunidad durante estos años y crear un set que conmemora la historia del juego.
Este hecho, sólo se puede tildar como nostálgico (apenas tiene 2 años de vida) si se atiende a una de las cosas que más negativas han sido de TFT. Para un jugador casual, es imposible estar al día de las enormes actualizaciones de cada dos semanas (a veces cada una), a costa de ir alterando el metajuego para una élite competitiva y de creadores de contenido que siempre se queda en el hastío de cara al final del Set.
Pero no hay que minusvalorar este esfuerzo por traer muchas cosas de vuelta, porque lo que se evalúa en un primer contacto con un Set de TFT es su "gancho". Y es indudable que Riot Games quiere traer de vuelta a todos los jugadores que se han ido desconectando de Teamfight Tactics a lo largo de este tiempo. Por supuesto, con una calidad en el desarrollo y las mecánicas que inciten a seguir jugando a quienes siguen haciéndolo.
Nos vamos a Piltover/Zaun
Chismes y cachivaches es también un avance narrativo en TFT. De la historia que nos contaron, al menos a nivel de ambientación, con el Rey Arruinado en el último set, pasamos a rendir pleitesía a Arcane. La nueva serie de Netflix está basada en la ciudad doble de Zaun y Piltover, y es el gran bombazo de Riot Games para este final de año; con el permiso de los Worlds de League of Legends.
Los atributos, campeones, skins de estos y mecánicas de juego, están basadas en la tecnología hextech y en el imaginario de esta región de Runaterra. Gracias a esto, tenemos una temática interesante que sirve como gancho visual. Y también como hilo del que tirar para confeccionar una plantilla de héroes realmente pintona.
Los tres caminos de la nostalgia
Pero volvamos a ese cherrypicking de Riot Games a la hora de elegir la vuelta de mecánicas que han funcionado históricamente en el juego. Hay tres formas en las que estas han vuelto para Chismes y Cachivaches. La primera de ellas es la más obvia, y es la vuelta de campeones queridos con sus habilidades icónicas. Por poner un ejemplo, Blitzcrank fue la decisión de diseño más interesante de TFT en su primer set, ya que te obligaba a posicionar de forma distinta tus unidades a causa de su gancho; y está de vuelta.
La segunda forma es añadir atributos, tanto clases como orígenes, que rememoren cosas de otros sets. Hay ejemplos como los Inventores, que tienen un aroma al mecha que tantas alegrías nos dio, los Socialite, que añaden una casilla especial que nos recuerda a la mecánica elemental del Set 2. Pero también hay trasuntos, bastante evidentes, de atributos históricos como los Luchadores, Magos o Francotiradores.
Pero el tercer camino es el más espectacular, porque trae consigo un doble ejercicio nostálgico. Estamos hablando de los Aumentos Hextech, mecánica clave de este Set, y que nos permite elegir en tres momentos concretos de partida entre tres mejoras distintas para nuestro equipo. Se nos comentó que serían sobre 140 mejoras distintas, y este es el cajón de sastre para todas estas mecánicas. Nosotros hemos podido disfrutar de cosas como que los Yordles tengan un porcentaje de esquive, pero hay muchas cosas más. Y además de esto, nos llega un regusto a las distintas galaxias que aporta muchísima frescura a cada partida que juguemos. No habrá dos iguales.
La pelota está en tu tejado, Riot
Esta mezcla de novedades, que las hay, con una inspiración basada en el pasado de TFT le aporta un toque muy especial al juego. El título se puede permitir este ejercicio porque tiene una historia que lo apoya. Nosotros estamos satisfechos con lo que hemos podido probar, pero la pregunta que el autor de este texto se hace es la siguiente: "¿Seguiré jugando tras las semanas posteriores al lanzamiento?"
La pelota está en el tejado de Riot Games. Es cierto que parece más complejo balancear este juego incluso que League of Legends, y que el público hardcore es tremendamente exigente, pero los jugadores casuales necesitan un poco más de estabilidad para disfrutar de Chismes y Cachivaches. La base es buena, y además incide en aspectos como que las partidas no sean iguales entre sí. Veremos.