Cuando uno piensa que la cosa está cambiando y que verdaderamente se está tomando a los esports como lo que son, gran parte del futuro del entretenimiento competitivo, llega algo que desmorona por completo la ilusión. Era un espejismo. Todavía hay mucho camino por recorrer.
Es la conclusión más ligera que puedo sacar después del comunicado de DUX Gaming en el que admiten que la eLaLiga no permite la inscripción de Gravesen, Adriman y Daniel Aguilar, tres de los mejores jugadores de uno de los clubes de esports más influyentes. Una muestra más de que quienes están detrás de estas organizaciones tienen muy poca visión de las nuevas líneas de entretenimiento. Eso, o que solamente les importa su marca y se llevarán por delante todo lo que no les interesa. Egos de otros mundos que traen al panorama competitivo de los videojuegos.
Hay muchas lecturas al respecto, y la primera que se desmonta fácilmente es la del "abuso" de DUX al tener a varios de los mejores jugadores entre sus filas. Es lícito que un equipo fiche a los deportistas que quiera, si su presupuesto se lo permite. Esto se debe a que la competición ha cambiado sus normas para que solo haya un representante por club de esports y, en España, no es que nos sobren, precisamente.
LaLiga en sí justifica esta decisión por la "integridad competitiva", y por eso solo permiten a un jugador por equipo. Es lo que ni Gravesen, campeón de la eLaLiga en 2019, Adriman, campeón de la eLaLiga Cup en 2020 y Daniel Aguilar, semifinalista en la edición de la temporada pasada, no podrán participar este año.
De hecho, Xavi Robles, uno de los fundadores de DUX, ha dicho que estaban "dispuestos a ceder a jugadores a equipos de fútbol sin siquiera pedir reconocimiento (logo o escudo) en ningún lado". Por lo que esa posibilidad se desmorona. DUX demuestra que no le interesaba plasmar su supremacía, sino que sus jugadores, esos que durante años han hecho crecer el panorama competitivo de FIFA en España y las propias competiciones de la eLaLiga, tuvieran la posibilidad de disputar el torneo.
Si no estáis familiarizados con los esports, un ejemplo sencillo para que lo entendáis. Imaginad que el Real Madrid ficha el año que viene a Haaland y a Mbappé para hacer un tridente de ensueño junto a Benzema. ¿Os imagináis que Tebas dijera que solo puede jugar uno de ellos por partido para no desvirtuar la competición? Pues, básicamente, algo así es lo que está pasando.
Esto, salvando las distancias, me recuerda a un caso que viví en mis propias carnes hace unos años, cuando hablé personalmente con un club de fútbol para crear una rama de esports, y me dijeron que valorarían la posibilidad si el equipo lo formasen socios, y no jugadores profesionales. De esto ha pasado tiempo y el sector ha evolucionado considerablemente, pero da la impresión de que todavía hay quienes no quieren avanzar.
Claro que, camuflados en la sombra hay muchos intereses que probablemente nunca conocerán la luz del día. No es cosa de los clubes, quienes en su mayoría -incluyendo en el citado caso personal- sí que llevan años abiertos a estas competiciones. De hecho, a muchos de ellos les honra y mueven sus redes sociales en función del competitivo de FIFA. Es un precioso escaparate para clubes modestos como el Real Oviedo, el Real Zaragoza o el Real Valladolid, cuyos representantes -jugadores de DUX, por cierto- son algunos de los campeones de la competición en las últimas temporadas.
Desde luego, esto no se puede ver que otra forma que una muestra de ego y un disparo en el pie por parte de la eLaLiga. Abren la puerta a la fuga de talentos, a que varios de los mejores jugadores españoles, reconocidos internacionalmente como favoritos en cualquier competición continental o mundial, se marchen a jugar ligas o torneos en el extranjero, en vez de brillar aquí. En vez de aprovechar su talento para igualmente exportar TU marca.
Algo me dice que, quien está detrás de esto o no sabe mucho del tema, o sabe demasiado del interés propio. Pero deben reflexionar y dar marcha atrás a este disparate. Si ya no puede ser esta temporada, que lo sea para la próxima.