La industria del videojuego en China está pasando por uno de sus momentos más dulces y Tower of Fantasy va a dar buena fe de ello. Antes de entrar en materia con este ARPG, conviene saber que lanzamiento de Genshin Impact, juego que se ha convertido en uno de los grandes estrenos del año 2020. De la mano de miHoYo, ni las polémicas por sus parecidos evidentes con Breath of the Wild o NieR: Automata han sido capaces de restarle ni un poco de protagonismo. Es el título de moda y uno de los más destacados del año.
El éxito del juego es tal que no solo ha repercutido en sí mismo gracias a sus cifras de escándalo, si no que ha hecho que nos tomemos más en serio a un país del que hasta ahora trascendían muy pocos títulos. Con excepciones como Arena of Valor o Perfect World, que hospedan a jugadores de todo el mundo, lo cierto es que China siempre ha tenido su gran muralla particular también en la industria del videojuego.
Sin embargo, es el momento de empezar a colocar en el radar algunos títulos y, entre ellos, Tower of Fantasy. Puede que si no sois expertos en el mundo de los RPG del gigante asiático no hayáis escuchado hablar de este nuevo título, pero vendrá para ser uno de los grandes competidores de Genshin Impact en todo el mundo y parece que, si acaba llegando a occidente, puede poner en problemas a miHoYo y su fantástico Teyvat.
En lo visto en el juego, que ya está en fase de beta en China, se aprecia una estética preciosista y muy similar a la de Genshin. Un ambiente algo más futurista, eso sí, en el que podemos crear nuestros personajes al estilo anime y combatir contra todo tipo de criaturas. El juego nos dará misiones de forma constante y se centrará en su propia narrativa, algo que sonará tremendamente familiar a quienes se hayan perdido por el mundo de Teyvat.
Tower of Fantasy es una de las grandes promesas para 2021. De momento el título apunta a seguir el camino del éxito que tan bien funcionó a miHoYo. Eso sí, la mayor parte de la información solo puede encontrarse en chinés mandarín y habrá que estar muy pendiente de los pocos pedacitos que nos lleguen en algún alfabeto occidental.