La llegada de Yone a la Grieta del Invocador de League of Legends hacía que muchos se temieran lo peor. Aterrizar con el título de hermano de Yasuo no es nada fácil, y menos teniendo en cuenta la mala fama que tiene el espadachín de viento. Sin embargo, Riot Games parece haber dado en el clavo con este nuevo campeón y haber fijado unos estándares que nos acompañarán durante mucho tiempo.
Hace ya meses que la desarrolladora prometió que los nuevos campeones saldrían mucho más equilibrados en cuanto a poder. Sin embargo, con Volibear y Fiddlesticks se quedaron algo cortos y tuvieron que aplicar cambios rápidamente para evitar que fueran completamente inútiles. Con Lillia la situación fue algo menos sangrante, pero la campeona apenas alcanza el 45% de ratio de victorias y parece haber dejado de subir.
Yone es el campeón que ha venido a cambiar las cosas. El espadachín llegó a League of Legends con una ratio de victorias horroroso propio de cualquier nuevo campeón. Sin embargo, con el paso de apenas 10 días, este ha ascendido hasta situarse cerca del 49%. Todo apunta a que, de hecho, seguirá subiendo durante algún tiempo y quizás incluso tengamos que enfrentar alguna pequeña reducción de poder.
Está claro que no es perfecto, pero si lo más aproximado a ello que ha conseguido Riot desde que hizo públicos sus nuevos objetivos. Por si fuera poco, las tareas “secundarias" como que sea divertido, agradable de jugar y funcionara bien con y contra Yasuo han sido un éxito indiscutible.
Habrá que quedarse pendientes de la evolución de Yone a lo largo de las siguientes versiones, pero parece que al fin tenemos motivos para celebrar con respecto a los ajustes de Riot.