Seguimos en MGG con nuestra serie sobre Digimon y los videojuegos, la cual durará todo el mes y que tendrá como colofón el lanzamiento de Digimon Survive a finales del mes. Ya os hablamos la semana pasada sobre Digimon World 3, un juego vilipendiado por la crítica y del que yo guardo un gran recuerdo de infancia.
Y hoy vamos a seguir caminando esa senda, porque toca hablar de Digimon Rumble Arena. Esta subsaga de los videojuegos basados en los monstruos digitales puede ser considerada como uno de esos pocos productos que son a la vez de nicho, porque muy poca gente lo jugó, pero también uno que un montón de gente sabe o ha oído hablar.
Un Smash Bros. de Digimon
Estamos hablando de una serie de tres juegos, uno para PSX, otro para PS2, GameCube y Xbox y finalmente otro para PS3 y Xbox 360; aunque tendremos que pensar en Digimon All-Stars Rumble como una tercera parte de facto. El primero fue lanzado en 2001, el segundo en 2004 y el tercero mucho más tarde, ya en 2014 en los estertores de la generación de PS3 y Xbox 360.
El juego, como podéis comprobar en cualquier gameplay disponible por la red, era una suerte de Smash Bros. de Digimon. Esa es la mejor definición disponible, ya que encarnaríamos a un digimon concreto y tendremos que golpearnos en un escenario plataformero 2D y hay objetos que aparecerán para echar un cable a los luchadores.
Digievolución como diferenciación
Más allá del carisma de los personajes, es evidente que algo hay que añadir a la pócima para que tenga un regusto distinto al del exitoso juego de lucha de Nintendo. Y lo cierto es que la saga aprovecha una mecánica propia de los Digimon, como es la evolución de los distintos monstruos digitales, para darle algo de picante a las batallas.
Cada vez que golpeemos a un rival, subirá una barra que, una vez completa, nos permitirá evolucionar a nuestro personaje durante un tiempo limitado. De esta forma, se crea una mecánica que da pie a momentos de gato y ratón cuando sólo uno de los luchadores está evolucionado, así como a batallas mucho más duras en momento concretos cuando todos suben sus capacidades digievolucionando.
Una plantilla repleta de viejos conocidos
El juego original contaba con 9 personajes disponibles desde el principio, pero la plantilla crecía hasta los 24 con los digimon desbloqueables. En la segunda parte, tenemos 11 y 7 adicionales, pero con la particularidad de que están disponibles un mayor número de digievoluciones por "inicial". En el tercero contábamos con 12 desbloqueados desde el minuto uno, y un total de 32 formas distintas al completar el juego.
La saga se esforzaba por ser fiel a los animes y contar con los digimon históricos de esas series como Agumon y Gabumon de la primera temporada, Veemon de la segunda, Guilmon de la tercera, o Shoutmon de Fusión en la tercera entrega. No llegan al nivel de plantilla del Smash Bros. Ultimate, pero sí que representaban bien a los más recordados de la serie.
Una esencia similar, pero un resultado bien distinto
Cerremos el repaso con esa tercera parte. En esta ocasión no se ocupó del desarrollo Hudson o Bandai en primera persona, como sucedió con los dos anteriores, sino que el trabajo corrió a cargo de Proper, un estudio responsable de un montón de juegos de móviles, y que previamente a All Star Rumble se ocupó de Digimon Adventure para PSP, otro juego del que merecería la pena hablar en el futuro.
En esta ocasión teníamos un avance en 3D por las distintas historias de cada uno de los digimon disponibles, más que un juego puro de lucha. Teníamos algún que otro puzle y más añadidos que lo alejaban de la fórmula original. De hecho, posiblemente sea el juego menos recordado de los tres y el que puso punto y final a esta subsaga de videojuegos Digimon.
El título tiene un 49 en Metacritic, con críticas que hablan de lo aburrido de su desarrollo, lo repetitivo de la jugabilidad y el escaso esfuerzo que parecía ponerse sobre la mesa. Intentó hacer cosas muy distintas a las dos entregas anteriores y seguramente sea el responsable de que se pusiera punto y final a Digimon Rumble.