Cuando te preguntas a ti mismo qué juego es el que más esperas, normalmente tienes dos respuestas. Por un lado está la que dices hacia afuera, que suele ser ese gran triple A representado en estos momentos por algo como God of War; así como la que te respondes hacia adentro. Ese juego ralla el placer culpable, no porque sea malo, si no porque durante muchos años el término "juego más esperado" se ha fomentado el que se asocie con una gran superproducción.
Hasta hace un par de días, ese segundo juego más esperado no era otro que Digimon Survive. No es que sea el mayor fan de Digimon, pero sí que me he visto varias temporadas del anime y películas, jugado a no pocos videojuegos de la saga, y cada cierto tiempo vuelvo a la banda sonora mientras trabajo. Pero este título no es como nada que hayamos visto hasta la fecha... Y eso me seducía aún más.
Este pasado viernes 29 de julio, tras muchos años de tortuoso desarrollo, Digimon Survive fue lanzado al mercado, y pude hincarle el diente al fin. Después de jugar unas pocas horas, es el momento de hablar de él. Porque si algo es Digimon Survive, es un videojuego con ideas interesantes que merece la pena comentar.
¿Qué hizo especial a la primera serie?
Para alguien nacido en el 1993, como es quien escribe estas líneas, es natural tener marcado a fuego el momento en el que TVE emitió ese primer capítulo a la hora de comer. Lo recuerdo de una forma nitidísima, así como comentar al recreo del día siguiente ese inolvidable primer capítulo. La historia de unos niños que de repente se encuentran en un mundo extraño, que conocen a unos compañeros tremendamente carismáticos, y que acaban evolucionando para luchar contra un escarabajo gigante, fue el único tema de conversación durante semanas en el patio del Quirinal... Y estoy seguro que también en muchos otros colegios.
Y no es para menos. Además de un punto de partida emocionante, un primer capítulo excelso y una canción de inicio totalmente rompedora, había algo más que lo ha hecho indeleble en nuestra memoria. Esa serie tenía un cariz más adulto que muchas otras que podíamos ver durante esos años. Claro que había cosas tremendamente maduras en las tardes-noches de Cartoon Network, pero la Digimon original se valía de una historia tan básica como unos niños en un mundo repleto de monstruos adorables y poderosos, para hablar de sus personajes de una forma profunda.
A decir verdad, no hay tanta diferencia entre la primera temporada de Digimon y una serie que arrancaría cinco años después como es Perdidos. Un grupo de personajes son mandados a un mundo hostil y con otras reglas distintas a sus casas, teniendo que sobreponerse a un montón de retos, y a la vez desarrollando sus arcos de forma paralela a cómo se nos cuenta más de ellos. De hecho, si volvéis a ver la serie, algo que yo mismo he hecho recientemente, las peleas, evoluciones y demás asuntos se mantienen peor en el tiempo que las historias, personajes y demás asuntos meramente narrativos.
Digimon Survive da en el clavo... A pesar de ser una mezcla extraña
Con la salvedad del Digimon Adventure del que os hablé hace un tiempo, y que no deja de ser una copia 1:1 de esa primera temporada, Digimon Survive es el juego que más y mejor ha entendido ese espíritu original de la saga. Todo arranca de una forma muy similar, casi calcada, a la primera temporada del anime: un grupo de adolescentes que están disfrutando de un campamento de verano, se ven arrastrados al mundo Digimon donde conocerán a sus compañeros y se verán las caras contra problemas muy serios.
¿Pero cómo casa esto con las mecánicas de un videojuego? Pues con una mezcla bastante poco vista: una novela visual al estilo japonés se une con un RPG táctico por turnos. Según sus desarrolladores, se trata de un balance 70-30 entre novela visual y combate RPG. Para quien tenga dudas, una novela visual son esos juegos eminentemente narrativos, y que hacen uso de un apartado gráfico en 2D para sumergirnos en una historia profunda repleta de giros, posibilidad de aumentar la afinidad con el resto de personajes, y toma de decisiones.
Como se explicó anteriormente, Digimon necesita de una capa narrativa densa si quiere ser fiel a sus bases. Este género nos proporciona la posibilidad de sumergirnos en lo que de verdad es la esencia Digimon, tomando decisiones y viviendo en primera persona el cambio de los personajes durante su arco narrativo. Puede chocar a quien no haya jugado a este género, que no es de los más populares en occidente, pero el gancho de usar Digimon te servirá de puerta de entrada.
En cuanto a ese otro 30%, quizás es la forma más elegante, simple y entendible de reunir todas las mecánicas que derivan del mundo Digimon. Un combate al estilo Final Fantasy Tactics con sprites detallados de los monstruos nos permite hacer uso de un montón de criaturas sin gastar muchos recursos, aplicar extras como las debilidades elementales, e incluso darle sentido a las evoluciones. El factor táctico del movimiento y las distintos rangos de las habilidades le aporta además un añadido a la saga, que se quedaba corto con los RPGs por turnos tradicionales.
Tras unas pocas horas, y haber visto cosas como el reclutamiento, varias evoluciones y distintas combates, puedo decir que quizás es la propuesta más interesante de todos los RPGs de Digimon. La variedad que puede aportar tras 20 horas, por poner un ejemplo, es algo que muchos de los juegos pretéritos no tenían. Queda en manos del diseño de los entornos, habilidades y resto de digimones que no caiga en el tedio, pero han tomado una decisión que les puede dar mucho rédito.
Quizás Digimon Survive no es ese juego que nos rompería la cabeza cuando teníamos 10 años y veíamos la serie, pero puede que sea el que necesitamos cuando hemos llegado a los 30 y entendemos la razón por la que Digimon sigue tan vigente como hoy en día. Porque los lloros de Matt por tener que madurar tan rápido para cuidar a su hermano, las historias de Hosoda en las OVAs o el paso a la adultez de los niños tras volver al mundo real eran mucho más importantes que esa pelea final tan espectacular.