La jugabilidad de League of Legends está en su mejor momento, los nuevos campeones son más interesantes que nunca y Riot Games está mimando a los viejos personajes más de lo que imaginábamos. Hay margen de mejora, pero la inmensa mayoría de la comunidad esta agradecida con el rumbo que ha tomado la desarrolladora a la hora de dirigir la jugabilidad del título. Sin embargo y con todos los elogios que merece este apartado, la compañia parece estar en medio de una de las peores crisis en cuanto a su relación con los jugadores.
Una polémica constante con la monetización de League of Legends
Con motivo del parón indefinido que sufrirá el Emporio de las Esencias tras la apertura de la tienda especial que tendrá lugar durante este parche 12.12, las críticas a los desarrolladores se han disparado. Es cierto que los foros de la comunidad no necesariamente son representativos de la opinión general, pero sí de lo que piensan los jugadores más comprometidos. Allí, las opiniones se suceden entre quienes apuestan que la interrupción de estos eventos será mucho más larga de lo que todos esperamos, los que opinan que el resultado será peor o quienes acusan a Riot Games de mentir.
Probablemente lo que está pasando con el evento es que sí necesita trabajo, pero no está en lo alto de la lista de prioridades de Riot Games. Sin embargo, centrarnos en este árbol puede no dejarnos ver el bosque. El problema de todo lo relacionado con la monetización de League of Legends viene de largo. Primero fueron unas tímidas quejas sobre la forma en la que se crean las skins, que ahora se desarrollan en masa dando lugar a grandes líneas temáticas que apenas exploran las individualidades de los campeones, pero las críticas pronto comenzaron a subir de tono y centrarse en aspectos todavía más negativos para los consumidores.
En diciembre del pasado año, uno de los cosméticos más esperados por la comunidad tuvo que ser retrasado por culpa de los recortes con los que se presentó. Ekko Firelight llegó a los servidores de prueba de League of Legends sin efectos de sonido y con pocos cambios más allá de la apariencia con respecto al modelo original. Unos cambios que no se correspondían con su precio según la política de la compañía. La situación fue crispante y Riot Games no tuvo más remedio que retrasar el aspecto para mejorarlo considerablemente. Sin embargo y, aunque es desagradable decirlo, no aprendieron nada de esta mala experiencia que tuvieron con la comunidad.
La historia no acaba aquí, porque desde entonces ha llegado un cosmético legendario de Sivir que recibió muy malas críticas y que, para muchos jugadores, no tenía la calidad suficiente como para situarse en la segunda categoría de precio más elevada que pueden alcanzar las skins que no pertenecen al evento. Más grave todavía es el reciente caso de Pantheon Guerrero de la Ceniza. Este cosmético llegará a un precio de 100 Esencias Míticas, cuyo valor se estima en unos 3.500RP. En este caso, Riot Games no solo recibió quejas por la falta de calidad, si no que solucionó las criticas con un “no podemos hacer nada en el tiempo que tenemos” y santas pascuas.
La monetización especial de TFT por medio de las peligrosas loot boxes, los intentos de ocultar las skins tras un muro de pago o la decepción constante con los eventos también fueron banderas rojas para la comunidad. La impresión que da es que Riot Games busca cuanto pueden aumentar los precios por cualquier método o reducir sus servicios antes de que la comunidad estalle. Una operación que, en cuanto los jugadores bajen la guardia, solo puede derivar en que se asienten prácticas que perjudicarán a todos los jugadores del mundo.
Las decisiones que pueden cambiar el futuro de League of Legends
El gran problema es que Riot Games parece haber tomado el camino más fácil. En lugar de crear nuevos cosméticos que ofrezcan más elementos distintivos o apostar por estrategias de marketing amigables para el consumidor, la desarrolladora está apostando por llevar a cabo recortes o intentar subidas de precio encubiertas. Es cierto que el dinero vale menos que hace un año por culpa de la conocida inflación y que la compañía acostumbra a ser muy poco agresiva con sus subidas de precios en Europa y la mayoría son solo un ajuste con respecto a nuevos impuestos. Sin embargo, situaciones como la ocurrida esta semana deberían abrir los ojos de los máximos responsables del desarrollo.
Adrian Noordzij era el antiguo responsable de producto de League of Legends. Encargado de varias tareas entre las que estaba la monetización, este empleado fue movido a otro videojuego de la compañía actualmente en desarrollo. En el tuit que vemos arriba, donde anuncio su marcha, se acumulan 137 respuestas y 237 retuits con cita. Entre todas estas interacciones, más allá de deseos de suerte de sus compañeros, es difícil encontrar alguna mención positiva. La celebración y el ensañamiento fueron habituales entre los miembros de la comunidad que conocían el puesto que ocupaba el empleado.
Ser el encargado de la monetización te convierte en el objetivo de las críticas de todos los jugadores y más si en los últimos tiempos las prácticas se han considerado abusivas. Sin embargo, no debemos olvidar que cualquier responsable de área actúa conforme a las directrices y los objetivos que le son asignados. Si League of Legends es peor en cuanto a su monetización, es porque Adrian ha hecho bien su trabajo. No se hasta que punto es ético alegrarse de que ya no trabaje en el videojuego, pero tengo claro que la compañía debería tomar nota, ya que todas las críticas que ha recibido son, en el fondo, comentarios despectivos hacia Riot Games.
El desagrado de la comunidad con los sistemas de monetización es total y, la verdad, es una verdadera lástima. En los diez años que llevo jugando a League of Legends recuerdo muy pocos momentos en los que pudiese estar más satisfecho con cualquier elemento relacionado con la jugabilidad. Sin embargo, la mala toma de decisiones con respecto a cuáles son las mejores formas de ganar dinero han generado, por encima de todo, una gran desconfianza.
Es la peor crisis no porque sea grave o irreparable, si no porque atenta contra todo lo que defiende la compañía. Riot Games es una de las pocas desarrolladoras que, con aciertos y errores, ha podido hacer valer el “ponemos a los jugadores en el centro de todo lo que hacemos” que luce en el apartado “Valores” de su página web. Sin embargo, los últimos meses han puesto esto en entredicho. Ha habido buenas ideas como los acuerdos con Epic Games para introducir la skin de Jinx o con Microsoft para añadir ventajas a cambio de suscribirse al Game Pass. Estas colaboraciones a buen seguro ofrecerán algo de lucro a los desarrolladores y descargan a los jugadores de la necesidad de conseguir más ingresos, pero no son en absoluto mayoría.
Aunque las desarrolladoras de videojuego son empresas muy especiales a las que es fácil guardar cariño, su objetivo no deja de ser ganar dinero y no hay nada malo con ello. Sin embargo, la compañía debería buscar otras formas de conseguirlo. Quizás sean nuevos cosméticos que ofrezcan algo único, más colaboraciones o promociones que nos inciten a gastar más. Sin embargo, el camino de reducir la calidad de las skins, experimentar con nuevas formas de conseguirlas o recurrir a prácticas poco éticas no es en absoluto uno que nos gustaría recorrer ni que ponga “a los jugadores en el centro”.