123.588 espectadores de media,158.225 en el minuto de oro, 520.696 visionados en diferido y emisión simultánea en los principales programas deportivos de la noche en radio española, los cuales suelen tener pendientes a varios millones de personas cada día. Esos son los números del directo en Twitch de Gerard Piqué, capitán del F.C. Barcelona, que admitió preguntas en una rueda de prensa telemática.
Tras la publicación en El Confidencial de unos audios de 2019 sobre las comisiones de la Supercopa de España entre él y el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, Piqué se prestó a dar explicaciones. La sombra de un conflicto de intereses entre él como responsable de Kosmos Media y de un estamento como la Federación, que dirige ciertas competiciones y es responsable de los árbitros, era algo por lo que merecía la pena hablar.
El tema deportivo es algo que no corresponde a esta web, centrada en videojuegos, deportes electrónicos y, como este caso, la creación de contenido en plataformas como Twitch. Y como tal, esta rueda de prensa de Piqué no es ni el siguiente paso del periodismo deportivo, ni una revolución de la que estaremos hablando durante años.
Twitch como plataforma y no como lenguaje
Lo que hizo Piqué en su canal de Twitch no fue otra cosa que ofrecer una rueda de prensa telemática, algo que a causa de la pandemia, hemos vivido a diario en multitud de asuntos: desde las del Gobierno informando de las nuevas medidas durante los primeros meses del confinamiento, a las de los propios jugadores o entrenadores hasta no hace tanto.
El formato es idéntico a dichas ruedas de prensa, y sólo cambia la pantalla. Mientras el seleccionador Luis Enrique hablaba y era emitido a través del canal de Youtube de la Federación, Piqué emite en su propio canal de Twitch. Pero esto no es un salvoconducto para cambiar el lenguaje o para recibir preguntas del chat; de hecho, y teniendo en cuenta que Gerard Piqué suele tener esta actitud tan directa desde siempre, no cambia nada a verlo en Twitch que en un canal de TV. En este sentido, parece obvio decir que no se trata de ninguna revolución ni cambio de paradigma.
Excepto por un detalle: es Piqué el que juega en su casa. Se trata de su canal y es él quien dirige la conversación. Recibe preguntas, pero no es una entrevista en un estudio de radio. Es él y su equipo quien dan la palabra, mientras los periodistas que van pasando por el directo son invitados al mismo. Puede parecer un detalle pequeño, pero a juzgar por algunas de las preguntas, las reacciones del chat y las constantes menciones al término "padreada", funcionó.
Contexto, hemeroteca y victorias en tercera persona
Anoche me sorprendió ver como muchas personas se escandalizaban por algunas de las preguntas realizadas a Gerard Piqué, especialmente por asuntos como ir a un tema que no era el que se trataba en ese momento, adular al entrevistado o dar opiniones antes de hacer una pregunta que claramente era secundaria en la exposición. Esto me hace ver que poca gente es familiar con las ruedas de prensa en círculos como el deportivo, el político o incluso el del entretenimiento como el cine.
En más de una hora de emisión puedo contar con los dedos de una mano las cuestiones realmente interesantes de la rueda de prensa. Preguntas por los derechos humanos vulnerados en regímenes como el de Arabia Saudí o sobre el conflicto de intereses se intercalaban con si volverá a la selección o sobre su actual lesión. Un revuelto de conceptos que no beneficiaba a quien buscaba hacerse una idea de la polémica.
Pronto empezaron a salir conceptos ya habituales para quienes estamos habituados a las polémicas de Twitch como es el "contexto". Piqué lo usaba para hablar de los audios y de cómo no teníamos todos los datos acerca de los audios, cuando lo único que algunos como Alexis Martín Tamayo sólo le intentaban hacer ver de buenas maneras que, aunque no cometiera delito, no tuviera malas intenciones o incluso hubiera hecho algo positivo desde el punto de vista económico, podría resultar dañino en términos de imagen. Si la línea del debate la ponemos en lo que es legal o no, no debatiremos de nada porque sólo los jueces pueden dictar sentencia.
Creo que para muchos, lo vivido anoche es una victoria en tercera persona. El que alguien como Gerard Piqué pueda salir hasta cierto punto indemne de estas acusaciones, documentos y críticas, y además con un discurso que terminó hablando del éxito y de cómo este llega de mano del dinero, es una victoria para mucha gente que no tiene ni el carisma, ni las oportunidades, ni la relevancia ni, por supuesto, el dinero de Gerard Piqué.
La victoria de Gerard Piqué y sus compañeros de selección en el Mundial de Fútbol de 2010 fue una victoria en tercera persona que todos celebramos. No tocamos un balón, no participamos siquiera en hechos como la preparación del equipo o en departamentos como la comunicación de la federación, pero sentimos esa victoria como nuestra por un mecanismo de representatividad: esa selección nos representaba a todos los españoles.
Hoy los representados por Gerard Piqué son los comisionistas exitosos, los que comparten que el éxito va asociado al dinero que ganas y los que disfrutan de una "padreada" a Juanma Castaño en directo. Y su victoria fue inapelable porque no depende de un hecho objetivo como que el golpeo de Iniesta bese las mallas del Soccer City de Johannesburgo, más bien de que su discurso se convalide frente a una gran masa de gente. Y a tenor de las cifras, eso se logró.