Hubo aficionados que siempre estuvieron al pie del cañón, otros que solo creían a veces y algunos que ya habían perdido la fe. Para todos ellos la clasificación de Movistar Riders al próximo Major de Estocolmo fue una sorpresa. Hito único en la historia del Counter-Strike español que difícilmente encuentra buenas comparaciones en otras disciplinas de deportes electrónicos. Un hecho en sí mismo que ya tiene una magnitud sin precedentes, pero que se convierte en una historia única a nivel internacional si atendemos a los detalles.
La fiesta en Tailandia del Counter-Strike español
Cualquier metáfora establecida con respecto a sucesos improbables que tienen lugar en el ámbito deportivo lleva irremediablemente a la comparación con el Leicester City campeón de la Premier League 2015-2016. Sin embargo, el foco puesto en esa historia de matagigantes suele olvidar cómo comenzó la consecución del título. Un equipo favorito pero para el descenso creado a base de jugadores descartados que no encontraban espacio en los grandes clubs, y que cambió de entrenador durante la pretemporada debido a un escándalo sexual y racista protagonizado por la plantilla durante una escapada a Tailandia.
Escrito por Ilie Oleart, el libro ¡Dilly-Ding, Dilly-Dong! en el que se repasan todos los acontecimientos que dieron lugar al triunfo del equipo comienza, precisamente, con esa fiesta en Tailandia que desembocó en varios despidos y el cese definitivo del entrenador que les había salvado el año anterior. Así arrancó una sucesión de hechos que parecían condenar al equipo y desembocaron en el triunfo más improbable de la historia del fútbol moderno. En resumen, una de esas narrativas que parecían existir solo en la ficción en la que se cumple el eterno dicho “no hay mal que por bien no venga”.
En el caso de Movistar Riders no es demasiado complicado identificar las metáforas. La escena española de Counter-Strike llegaba con un importante desgaste debido a la salida masiva de clubs y jugadores. Descabezada tras el retiro de personalidades como Mixwell y loWel, el equipo azulón fue el único de los grandes nacionales que siguió apostando por el título de Valve mientras el resto buscaban prados más verdes.
Conjuntos como Ravens, Souldazz o x6tence tomaron el relevo con proyectos algo menos ambiciosos en cuanto a resultados inmediatos. Un contexto que impidió a un quinteto de la categoría de Iberian Family encontrar una organización a la que representar. Team Heretics fue una de las posibles alternativas, pero con su oferta surgieron los fantasmas del pasado. Entre que si uno no quería jugar con el otro y el otro prefería no competir sin el uno hubo una nueva decepción muy sentida por los fans de una escena que ya no pasaba por su mejor momento.
Movistar Riders y el arte de darle sentido a la tragedia
Pedro Gómez, caster de ESL España más conocido como x9nium, comenzó como aficionado al Counter-Strike 2001 y nos cuenta como su primer contacto con la escena profesional fue un clip de Heaton con música de fondo. Mucho ha llovido desde la época de las frag movies y afortunadamente se ha acabado la búsqueda incesante de GOTVs para tener algo de Counter-Strike profesional que llevarnos a la boca. Un tiempo en el que pasaba las tardes en el ciber y flipaba con la irrupción de aquel legendario x6tence de oro.
Profesional de la narración desde hace más de cinco años, fueron estos dos últimos algunos de los más duros en cuanto a relación con el juego. No hay que malinterpretarlo, Pedro sigue enamorado de CS:GO. Sin embargo, nos ha confesado que tenía rabia acumulada. Una frustración personal a la hora de ver el rumbo que tomaba Counter-Strike. El problema era sencillo: le recordó mucho a como el Dota que le apasionaba terminó por irse al traste en España totalmente opacado por una Riot Games mucho más atenta a los detalles.
Su rabia trascendió en una narración sensacional en la que explotaron todas estas emociones que llevaba tiempo acumulando. El cambio de juego de algunos de los referentes nacionales y el viraje en la dirección de los creadores de contenido no auguraban un gran futuro para el juego. Sin embargo, Movistar Riders le ha dado sentido a una travesía por el desierto y confirmado un axioma que desde la posición privilegiada que ocupamos quienes estamos en prensa no supimos hacer ver: el Counter-Strike siempre consigue estar de vuelta.
Es el propio x9nium quien nos ha dado una de las claves para comprender el cambio de paradigma asociado a la crisis del Counter-Strike español. Todavía hay que dar muchos pasos para una recuperación completa, pero Movistar Riders ha conseguido que la perspectiva deje de ser colgarse la medalla de CS:GO nacional y se convierta en conseguir el éxito internacional. Claro que hacen falta ligas locales para desarrollar talento, pero el objetivo de los grandes siempre debe ser trascender a las fronteras.
En este sentido también se ha posicionado Pitu Herranz. Referente como profesional independiente con su seguimiento incansable de la escena nacional e internacional que ha señalado el proceso de “europeización” del Counter-Strike español como algo positivo. También enamorado del shooter durante la época de los cibercafés y la utilización de Hamachi para crear servidores, no ha querido ser tan tajante y se muestra algo más apenado con algunas pérdidas. Pese a ello, asume sin quererlo del todo que tal vez el CS:GO sí necesitaba esa sucesión de acontecimientos catastróficos.
La magia del cómo y el cuándo
Lo más llamativo del logro de Movistar Riders no es solo el desenlace del particular equivalente a la fiesta en Tailandia del Leicester City. La organización no estaba pasando por su mejor momento en cuanto a resultados y decidió hacer cambios que se sintieron como un paso atrás. Shokz, Steel y Smooya abandonaban el quinteto tras haber aportado unas cuantas alegrías al equipo en forma de clasificaciones a eventos importantes para dejar paso a la llegada de tres jugadores nacionales que completaran una plantilla en la que ya solo formaban ALEX y mopoz.
Fue precisamente Pitu quien venía tiempo apostando por los cambios. No tanto por una cuestión de mero rendimiento si no por reconocer el talento latente en la escena española, quería ver un Movistar Riders que volviera a hacer valer lo que estadísticamente parece una realidad del shooter táctico de Valve: los conjuntos que comparten lengua nativa funcionan mejor. No en vano, ningún equipo ha ganado un Major hasta la fecha sin cumplir esta condición.
La ausencia de clubs tiene una consecuencia lógica. Como el propio Pitu nos comentaba en nuestra charla, España nunca ha andado escasa de talento. Sin embargo, las dificultades para centralizar toda esa habilidad en una única organización daban lugar a grandes problemas a la hora de competir fuera del país. Quizá era lo mejor para desarrollar una escena nacional potente, pero junto al conformismo patrio que nos comentaba x9nium tenemos un cóctel que hacía muy difícil pensar en cotas mayores.
Este contexto, junto al fallo de Heretics para realizar los fichajes, es el que permite que a la inseparable pareja formada por ALEX y mopoz se unan jugadores como DeathZz, dav1g y SunPayus. Jugadores españoles talentosos que prometían tanto una apuesta muy interesante a un año vista como un presente algo menos glamuroso, pero que terminaron por conseguir la promesa fundacional de Movistar Riders: clasificarse a un Major de CS:GO.
Asumiendo el hecho de que llegar a la IEM Fall ya era todo un éxito, no fue hasta que los jinetes pasaron de la fase de grupos con tres victorias ajustadas y un desempate infartante cuando Pitu realmente contempló la posibilidad de llegar al Major. Había tres oportunidades para conseguir una victoria y Riders y casi lo consigue contra NiP, ante el que Movistar Riders perdió por culpa de algunos errores evitables siendo capaz de dejar una sensación agridulce. Casi se le había ganado a uno de los cinco mejores equipos del mundo y el casi nunca es suficiente, pero parecía que había material para lograr la gran meta.
Fue ante Copenhaguen Flames que se pudo cerrar la clasificación. Particularmente destacada la actuación del equipo en un Ancient que se ha convertido en mapa fetiche para los aficionados españoles. Es verdad que enfrentar a roeJ fue verdaderamente desesperante, pero lo cierto es que los daneses no tuvieron ni media oportunidad en el escenario decisivo. Tampoco fue demasiado preocupante para ellos, ya que sí pudieron aprovechar la tercera oportunidad condenando a Team Fiend a ser el único pequeño sin premio.
Una oportunidad decisiva
Si con pasados fracasos hablábamos de penúltimos trenes, esta vez estábamos ante una oportunidad definitiva. No es como si no haberlo conseguido fuera a suponer un nuevo apocalipsis. Sin embargo, el hecho de lograrlo da un motivo a todos los aficionados españoles a los deportes electrónicos para situar a Counter-Strike: Global Offensive en su radar. Obliga a que hablemos de él y lo hagamos abandonando el pesimismo.
Los deportes electrónicos no son solo un pasatiempo y tienen significados relevantes para los aficionados. Una premisa básica que afecta a cualquier competición en la que entre en juego el sentido de pertenencia y que muchos hemos olvidado a la hora de analizar determinadas situaciones. Fallo imperdonable de quienes decimos amar los esports y hemos sufrido en nuestras carnes la dureza del tropiezo constante.
La comunidad de CS:GO en España tiene un nuevo referente a la altura que ha devuelto la ilusión y compensado el esfuerzo de todos aquellos que decidieron mantener la pasión por el juego. Una alegría que fue el evidente punto de consenso entre Pitu y Pedro, pero que en este caso no les podemos atribuir: fueron cientos y miles los que perseveraron. Sea desde los foros de Mediavida, las cuentas de Twitter de escaso seguidores o el anonimato del chat de Twitch; esta victoria también es suya.
Afortunadamente ya no hay un árbol caído del que podamos hacer leña. Movistar Riders le ha dado sentido a algo que no lo tenía, reparado una injusticia histórica y convertido el error en un nuevo camino. Jinetes con la subcategoría exploradores que ahora tienen por delante la difícil tarea de convertir el idilio en matrimonio y desterrar la eterna preocupación que genera el éxito. Es momento de ilusionarse y disfrutar del Major, pero también de pensar en que llegará un día en el que simplemente estar no sea suficiente.
Muchas gracias a Pitu Herranz y x9nium por colaborar en la confección del artículo.