Cuando escribí mis impresiones tras ver eFootball hace unas semanas en una sesión privada puse que Konami había programado un partido largo que se iba a resolver en el descuento. Una forma sutil de decir que todavía le quedaba mucho por recorrer y que, probablemente, en los primeros minutos iba a encajar un 2-0 por fallos defensivos garrafales.
El juego lleva unas horas disponible en todo el planeta y con todas las de la letra, porque es un proyecto free-to-play. Eso tiene varias lecturas. Por un lado, haces que todo el mundo se acerque a probarlo y pueda quedar atrapado. El problema es que dicen que una buena impresión te la llevas durante los primeros 7 segundos. Y eso, de momento, es imposible con eFootball.
Así que, como ya os hemos contado, internet se ha llenado de desternillantes memes de eFootball, con los vergonzantes errores técnicos y visuales que tiene. Está claro que Konami no ha acertado con el planteamiento inicial. Una formación ofensiva puede dejar desguarnecida a la defensa. Y si sacas tu producto de forma gratuita pero está lejos del nivel que debe alcanzar, la situación es la que nos encontramos.
En muchos casos, resulta muy difícil remontar, porque es primera impresión marca y las reticencias aparecen para volver a algo que te ha dejado una sensación tan desagradable. Pero no es el primer caso que nos encontramos en el mundo de los videojuegos de un producto que ha empezado rematadamente mal y ha resurgido con más fuerza tras varios cambios en su estrategia o trabajando a fondo mediante actualizaciones.
El primer caso que se nos viene a la cabeza es No Man's Sky, que fue un desastre sin paliativos en el sector. Especialmente tras una campaña de marketing en la que Sean Murray nos prometía una auténtica fantasía. Llegó un juego con gráficos peores a los mostrados y totalmente roto. Pero con el paso de los años, ahora mismo tenemos uno de los mejores juegos de exploración espacial, con la infinidad de posibilidades que nos ofrecía originalmente.
Otro ejemplo similar, aunque no tan flagrante como el anterior, es el de Destiny. En el caso del juego de Bungie, se ha ido ganando la confianza que no tenía inicialmente a base de esfuerzo, contenidos y expansiones. En sus orígenes, todo el mundo se quejaba de lo simple que era su historia y de que el endgame era muy repetitivo. Pero sus responsables le han dado la vuelta a todo eso, creando un lore fascinante que merece la pena ser explorado una y otra vez.
También puede servir el ejemplo de Rainbow Six: Siege. En una época en la que Ubisoft pecaba de presentar tráileres y presentaciones de sus juegos con una calidad visual mejor a la real para impresionar, hizo lo mismo con su shooter táctico. En su momento ensimismó a los fans, pero cuando llegó a las tiendas, los jugadores se quedaron un tanto fríos en todos los aspectos. Venían retazos de que sería "un Rainbow Six Vegas más". Pero, trabajando a fondo, se ha convertido en uno de los esports más importantes del mundo.
Un caso diferente, pero igualmente mencionable es el de Fortnite. El incontestable éxito de Epic Games se pasó meses en el mercado sin pena ni gloria, como un juego de construcción que quería seguir los pasos de Minecraft, pero que estaba destinado a quedarse en el olvido. Pero, auspiciados por el emergente interés en PUBG, el estudio decidió añadir un modo Battle Royale a su aventura para añadir un punto competitivo que ni siquiera entraba en sus planes iniciales. A partir de ahí, y gracias al modelo free-to-play, se ha convertido en uno de los videojuegos más influyentes de todos los tiempos.
En el caso de eFootball, no puede plantear una revolución porque está basado en uno de los deportes más populares del planeta. Pero deben trabajar a fondo sus futuras actualizaciones para revertir la situación. Para ello, además de inspirarse en los mencionados ejemplos, pueden mirar al pasado, porque ya han recorrido ese camino. Konami reinó con presteza durante varios años el terreno de los simuladores de fútbol virtuales. Saben como hacerlo bien. Muy bien.
Para ello, deben mejorar urgentemente la base jugable y el realismo de sus partidos siempre han sido su mayor baza. Durante años nos ha dado igual jugar con Ravoldi y Castolo. Y tener que actualizar a mano todos los nombres de los Chamartin y London Blues. Porque jugar a PES era divertidísimo. La guerra de eFootball debe ser primero la de rendir en el terreno de juego. Después ya vendrá lo demás. Tienen que seguir atacando hasta el silbido final del colegiado.
Garena continúa expandiendo el alcance de sus competencias de esports a través de una de las plataformas sociales del momento.
