Una de las formas más seguras de subir de rango en League of Legends es la de dedicarse por completo a uno o dos campeones. Los jugadores capaces de llevar a cabo siempre la misma elección ganan una media de partidas muy superior con respecto a las que logran los que van variando. Sin embargo, la comunidad ha tenido una teoría muy particular sobre dos personajes en concreto: Sylas y Viego. El motivo es sencillo, ya que ambos cuentan con la particularidad de poder utilizar las habilidades de los rivales.
Lo cierto es que la teoría no se sostiene. Los datos de los últimos parches indican que estos se ven más que beneficiados por su dedicación. Sin embargo, sí hay un resquicio de verdad que en algunos momentos muy determinados pueden pasar una mala jugada a los jugadores de League of Legends más dedicados de cualquiera de estos dos campeones. Pese a todo, los requisitos son tan concretos y difíciles de predecir que prácticamente no ocurren en las partidas.
Las pocas posibilidades de que realmente esta paradoja tenga lugar requieren de interacciones muy específicas como la que se da en esta jugada. En ella, vemos como utilizando la definitiva robada de un Shaco, el jugador comete un error en dos tiempos. Podría haberse salvado tanto evitando el impacto de las habilidades de Malzahar sobre su clon como haciendo que la copia no volviera a un rango en el que pudiera contagiarle las Visiones Maléficas. Sin embargo, su inexperiencia en estas situaciones probablemente propicio que no se diera cuenta hasta que fue demasiado tarde.
La mayor parte de mascotas de League of Legends (y así se considera el clon) funcionan de esta forma, regresando a un rango próximo al de su invocador cuando superan una distancia máxima. Sucede con el oso de Annie (y puede usarse como proyectil) o el clon de LeBlanc. De esta forma, pueden acabar con nosotros mediante diferentes tipos de daño. Un detalle que probablemente no tengan en cuenta los jugadores que no han experimentado con estos personajes y que apoya aunque sea mínimamente la teoría. Es cierto que la paradoja no se confirma, pero hay algunos escenarios a los que los pueden agarrarse.
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