Aunque el inicio fue titubeante, la revolución del nuevo sistema de objetos de League of Legends progresa de forma más que adecuada. Puede que no lo haga exactamente en los términos defendidos por Riot Games, pero lo cierto es que ya hay más de un 66% de campeones que son capaces de aprovechar la diversidad recién llegada a la tienda para conseguir algo más de profundidad en su jugabilidad y, sobre todo, cumplir con una premisa casi de fantasía: un solo campeón, diversas formas de jugar.
Sin embargo, el hecho de que no todos cumplan y que no lo hagan en una misma proporción, da lugar a una pregunta: ¿de todos los personajes, cual sería el ejemplo perfecto que Riot debería intentar replicar en los demás? Lo bueno es que no estamos ante un planteamiento retórico y tras comprobar los datos podemos llegar a una conclusión que, aunque imprevista, tiene bastante sentido: Volibear.
El oso por excelencia de League of Legends se ha convertido en un personaje más que competente en el carril superior y es capaz de afrontar una partida con multitud de objetos: Trinidad (10,6%), Égida de fuego solar (12,8%), Desgarrador divino (10,8%), Guantelete de fuego escarchado (27,3%) e incluso Quimiotanque turbo (23,6%). Todo esto, todavía sin cubrir el 100% de los casos y con pequeñas apariciones para el Cortasendas o el Chupasangre.
Aunque desde Riot Games no tienen problemas con que un personaje se decida por el mismo objeto mítico en la mayoría de las ocasiones, lo cierto es que la perspectiva de que fueran como Volibear resulta más que atractiva. Sin embargo, es un caso prácticamente único en League of Legends ya que el oso puede jugarse en más de una posición de forma eficiente y con construcciones ofensivas o de pura resistencia en función de la partida. Algo de lo que prácticamente no puede presumir ningún campeón y que, a buen seguro, nadie se esperaba tras su paupérrimo estreno en la Grieta del Invocador.