Se dice pronto, pero Call of Duty: Warzone ya lleva con nosotros casi un año. El título se lanzó el pasado marzo como una apuesta para revitalizar la franquicia estrella de Activision y ha cumplido su cometido. Desde entonces ha ido cambiando y añadiendo contenido de forma constante con cada temporada, especialmente tras la última que vino acompañada de una transición al nuevo Black Ops Cold War que no ha acabado de sentar bien al título.
Sin embargo, entre tanta transformación ha habido algunos aspectos del juego que siguen igual que el primer día. Elementos tan característicos de Warzone que parecen no cambiar nunca y que preservan algunas de las mecánicas del juego que han sido capaces de hacer que todavía diez meses después del estreno estemos explorando Verdansk y la Isla Renacer como si el juego acabara de lanzarse.
Dominar cada mecánica, conocida en mayor o menor medida, es la clave para poder conseguir victorias. Especialmente en el modo en solitario donde cada error se castiga mucho más que en equipo. Sin embargo, hay trucos que siguen funcionando siete temporadas después y que nos ayudarán a acabar cada partida como el último superviviente de todo el servidor.
Uno de ellos es todo un clásico que muchos tendréis ya olvidado. Teniendo en cuenta la importancia de los vehículos en los modos individuales en los que es fácil que acaben arrollándonos sin que tengamos la oportunidad de disparar, el truco de la claymore es un seguro de vida que debemos recordar.
Como veis, acabar con los vehículos en Call of Duty: Warzone es sencillo y, probablemente, ya hayáis visto esta forma de lidiar con ellos en alguna que otra ocasión. Sin embargo, sorprende que después de siete temporadas siga funcionando y siempre sea capaz de coger con la guardia baja a los jugadores que tratan de usar los vehículos como arma.
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