Han tenido que pasar más de una semana, pero Valve al fin se ha pronunciado sobre el escándalo de los entrenadores de CS:GO por el abuso de uno de los bugs del juego. La desarrolladora ha asumido el error que supuso no solucionar el problema cuando todavía no había trascendido y se ha disculpado con la comunidad en su comunicado.
La única medida para resolver el problema propuesta por Valve es limitar las funciones de los entrenadores de Counter-Strike. Según comunica la desarrolladora “El rol de los entrenadores durante la partida siempre va a ser una oportunidad tentadora para que los equipos rompan con la integridad competitiva. Por ello, consideraremos limitaciones a sus funciones (durante el transcurso del encuentro)”.
En cuanto a las sanciones, todavía no se ha apuntado a equipos ni entrenadores concretos. ESIC está llevando a cabo su propia investigación y ya ha sugerido una serie de castigos, pero desde Valve creen que lo correcto es esperar a que las pesquisas finalicen para empezar a tomar decisiones a ese respecto.
Eso sí, han adelantado que cualquier equipo que haya usado este bug en un torneo clasificado al cancelado Major de Río de Janeiro perderá todos los puntos acumulados en el ranking. Todavía no está claro cual será la repercusión de este castigo teniendo en cuenta que el evento no se celebrará.
En última instancia se pueden sacar conclusiones del futuro de la competición. Valve afirma que mantendrá los eventos regionales (RMR) durante un tiempo y que antes de anunciar el próximo Major esperará a que estos puedan disputarse en formato presencial. Gracias a esta aclaración por parte de la compañía hay algo que queda claro: la competición no va a parar y buscará la forma de sobreponerse a todos los problemas surgidos en los últimos meses.