Valve no está sabiendo reaccionar a todos los problemas que están surgiendo en el competitivo de CS:GO. La compañía no parece haber montado un gabinete de crisis para decidir cómo afrontar la situación y parece que solo está esperando a que todo se enfríe un poco para mover ficha. Sin embargo, el Counter-Strike no funciona así y las organizaciones independientes ya están haciendo sus mejores esfuerzos para tratar de resolver la situación.
La más destacada de entre todas estas es la ESIC (Esports Integrity Commission). La asociación se formó para evitar las tramas de apuestas en diferentes esports y opera, principalmente, en el entorno del Counter-Strike. Con el escándalo de los entrenadores, además de coger el relevo de ESL y sugerir la ampliación de las sanciones, están llevando a cabo una investigación de más de 25.000 partidas que han tenido lugar a partir de 2016 y no parecen dispuestos a dejar a ningún tramposo libre.
Sin embargo, para agilizar y facilitar el trabajo, han dado una última oportunidad de redención a los entrenadores que hayan hecho trampas de forma deliberada y permitirán que sean ellos mismos los que den un paso al frente y asuman lo que han hecho. Hasta el próximo 13 de septiembre la ESIC quiere incentivar a los técnicos a que sigan el ejemplo de Pita, asumiendo sus culpas.
El truco es un viejo conocido de cualquier aficionado a las series en las que haya litigios y abogados de por medio. Como en estas, la comisión ofrece una reducción de las sanciones para todos aquellos que, al menos, tengan la decencia de dar la cara y pedir disculpas por el daño irreparable que han causado al Counter-Strike.
La investigación de las repeticiones seguirá algo más y, como mínimo, habrá un mes más de revisión de partidas para determinar a todos los culpables.