Cuando Riot presentó VALORANT, todavía como Project A, tenía muy claro dos de los objetivos principales. El primero era ofrecer una experiencia mucho más depurada que otros títulos en cuanto a rendimiento y funcionamiento de los servidores. El otro, todavía más ambicioso, conseguir que los tramposos que abundan en otros juegos de la competencia no aparecieran por VALORANT.
Desde la desarrolladora, más allá de errores esporádicos, pueden presumir de haber conseguido el primer gran objetivo. En cambio, con el tema de las trampas se han quedado a medio camino. La situación es mucho menos grave que en otros juegos, pero las metas autoimpuestas resultaron ser demasiado ambiciosas.
Gracias a Paul “Arkem” Chamberlain, jefe del equipo antitrampas, hemos podido saber que aun así están satisfechos con lo logrado hasta ahora. En los últimos tiempos y gracias a la automatización de los baneos realizados por Vanguard, el ritmo de sanciones ha ido aumentando.
Sin embargo, desde Riot no se conforman con este sistema y siguen haciendo revisiones individuales de muchos casos en los que los jugadores reciben una cantidad demasiado elevada de informes negativos. Solo con este sistema 1802 miebros de la comunidad reciben un baneo manual de parte de la desarrolladora cada mes.
Eso sí, si decimos que van con todo es porque la cifra está a punto de aumentar. En el mismo texto que se nos informa de esta cifra, el jefe del equipo antitrampas asegura que están reclutando nuevos miembros para que el número de casos revisados sea mayor. Esto supondrá inevitablemente un aumento en el número de jugadores sancionados. Si como afirmaron los jugadores semiprofesionales baneados recientemente hay más como ellos, deben de irse poniendo las pilas y empezar a jugar limpio si quieren evitar a la justicia.