VALORANT ya ha sufrido su primer escándalo por el uso de cheats. Los protagonistas han sido Phox y W3ak, dos prometedores jugadores de la escena amateur norteamericana que parecían estar llamando a las puertas del juego profesional y ya estaban disputando torneos de alto nivel como suplentes en Echo 8.
Ambos recibieron su sanción durante el día de ayer, algo que les inhabilita de forma indefinida para competir o jugar al shooter táctico de Riot. Sin embargo, Phox trato de camuflarlo como una baja voluntaria hasta que uno de los responsables del anticheat de Riot Games le respondió “Si vuelves, no utilices cheats”.
Tras esta situación confirmó lo acontecido mediante un comunicado vía Twitlonger en el que aludió a sus problemas para asimilar la derrota, la competitividad y su adicción a ganar. El jugador, tremendamente duro consigo mismo, solo hizo una petición a la comunidad: que dejasen a su familia en paz.
En cuanto a W3ak, su compañero, era también el único integrante del equipo que sabía la realidad y su compañero de fechorías. De hecho, se enteró de su propio baneo al ir a comprobarlo después de que Phox le avisara de que él ya había sido sancionado de forma indefinida por Vanguard, el anticheat de VALORANT.
En cualquier caso, parece que no se tratará de una situación aislada. W3ak ha comunicado en sus redes sociales que, aunque lo que él hizo está indudablemente mal y se merece la sanción, hay multitud de jugadores profesionales haciendo lo mismo.