Es curioso lo libre que es el miedo. Hay gente que pasa mucho miedo al ver un payaso y a mí, en concreto, me producen cierta ternura porque lo relaciono con personas que se intentan ganar la vida de forma honrada. Pero estoy seguro de que, si esas personas que sufren al mirar a alguien maquillado de blanco y con una nariz roja, los vieran todos los días, esa sensación terminaría desapareciendo.
Nuestro déjà vu de terror favorito
Precisamente por algo así, reconozco que tengo una relación de amor/odio con Supermassive Games. El estudio británico ha decidido especializarse en los videojuegos de terror de corte cinemático tras el éxito de Until Dawn. Desde entonces, hemos tenido, hasta la fecha, tres entregas de la antología The Dark Pictures y ahora, este The Quarry del que os vamos a hablar.
The Quarry, a pesar de ser un juego nuevo, no se desmarca demasiado de esta filosofía. Y esto es lo que da pie a la dicotomía mencionada anteriormente. Si habéis jugado a cualquiera de los títulos anteriormente mencionados, el miedo desaparece. En mi caso, he completado todos los juegos y en ninguno he tenido esa sensación de temor que sí me transmitía Until Dawn. Por ser la novedad y afrontar el miedo a lo desconocido. Después, aunque son historias diferentes, las mecánicas y el desarrollo resulta similar. Y te ves venir los jumpscares e incluso lo que va a ocurrir a continuación; casi como si hubiéramos escrito el guion.
Vamos, que si lo tuviera, ya habría perdido miedo al payaso. Pero, si tú no has jugado a ninguno de los anteriores, las sensaciones van a ser muy distintas.
Y, ojo, con esto no digo que no me haya gustado The Quarry. Para mí, los títulos de Supermassive son un placer culpable. Sé que no son la octava maravilla y ni siquiera son un ejemplo de buenos juegos de terror en videojuegos. Pero me divierte muchísimo el surrealismo de estar dentro de una película slasher, con una libertad dirigida y una toma de decisiones que puede acabar con todos los protagonistas criando malvas. Especialmente si me toca asumir el control después de que se vayan solos a llorar en medio del bosque tras picarse porque la persona que les mola se ha besado con otra jugando a "Verdad o Reto".
Hay algunas situaciones verdaderamente absurdas en el juego; al principio os echaréis las manos a la cabeza, pero en poco tiempo las abrazaréis. Todas son provocadas por la personalidad de cada uno de los monitores, que cumplen con rigor todos los estereotipos y clichés de los estudiantes: el chulo vacilón, el pelota, la empollona o la guapa del instituto. Lo mejor de todo es que exceptuando un par de ellos de cada sexo para cumplir con lo mencionado anteriormente, la mayoría tiene cuerpos no normativos, algo de lo que suelen pecar en este tipo de obras, y que ayudará a sentirnos más identificados con sus papeles. Algunos de ellos, además, tienen algún diálogo reflexivo sobre situaciones actuales, como el por qué del uso de las redes sociales para aparentar una falsa felicidad; y eso sí nos ha parecido muy acertado, aunque sea puntual. Eso sí, el doblaje en español es bastante malo.
Así que tenemos inspiración, una vez más, en estas cintas de terror adolescentes, mientras vivimos la historia de unos monitores de campamento que se quedan solos durante la noche de despedida del lugar. Tras haber pasado el verano allí cuidando niños y con las hormonas revolucionadas, obviamente no se quedan tranquilitos en sus dormitorios; pero acaban viviendo una noche de terror que no esperaban y en la que toca sobrevivir a amenazas externas, en una historia donde no faltan hombres lobo o brujas, con evidentes homenajes a sagas como Evil Dead.
Vivir es una lotería
La sensación de haber vivido ya el juego no llega solo en el concepto narrativo en sí, sino también en sus mecánicas. The Quarry es un juego muy pasivo en el que apenas tocamos el mando. Solo tenemos cierto control en las fases de exploración, que son muy lineales y apenas sirven para encontrar cartas de tarot (que sirven como premoniciones) o alcanzar el punto en el que salta la siguiente escena.
A partir de ahí, decisiones que pueden cambiar el rumbo o el destino de nuestro personaje o compañeros, o algunos QTE donde tocar el botón indicado en el momento oportuno. Solo ha cambiado la mecánica de mantener la respiración, que se ha simplificado excesivamente; ahora no hay que pulsar el botón en el momento indicado a ritmo de las pulsaciones, basta con mantenerlo pulsado hasta que haya pasado el peligro, simplificando excesivamente la poca acción que tiene el juego de por sí.
Sí que debo decir que he detectado más de un problema de ambigüedad en la toma de decisiones. Es cierto que, en una situación así, todo lo que ocurre es bastante imprevisible. Lo cierto es que algunas acciones del juego me han parecido excesivamente arbitrarias. Sin entrar en detalles para evitar spoilers, en un momento determinado, estaba en una escena tranquila, y el juego me daba a elegir entre quedarme donde estaba o cruzar un lugar. Elegí la segunda opción y mi personaje murió instantáneamente, sin tener la posibilidad de evitarlo mediante una secuencia QTE aunque sea. Eso se ha repetido en más de una ocasión, haciéndome sentir que no tenía el control de la situación prometido.
Supongo que es el precio a pagar para que pueda funcionar la campaña de marketing y que nos vendan que el juego tiene 186 finales distintos. Que suena muy bonito para los bullet points de producto, pero tras haber jugado creo que sería mejor haber hecho menos conclusiones y que todas tuvieran sentido y coherencia. Lógicamente, esto depende de las vivencias de la partida de cada uno, que cambian considerablemente ante tantas opciones. Pero creo que en los videojuegos debemos superar ya eso de poner la cantidad por encima de la calidad.
Para compensar el regusto amargo que nos dejarán algunas de estas acciones, otra de las novedades que tiene The Quarry es la incorporación del Death Rewind. Una función que nos permite rebobinar hasta un total de tres veces en todo el juego para evitar la muerte de uno de los monitores -cada uno de ellos tiene unos 10 momentos en la aventura en los que puede morir-. Esta opción se desbloquea al acabar el juego por primera vez -son 10 capítulos y la duración oscila entre las 6 y las 10 horas dependiendo de cuántos palmen- o al adquirir la edición Deluxe del juego. En mi primera partida, tras haber gastado mis "3 balas", me acabaron muriendo dos personajes en el último episodio.
Hablando de muertes, una cosa que me parece óptima y que encaja con la propuesta es que The Quarry es verdaderamente salvaje. No se corte ni media en escenas gore en las que hay decapitaciones, o incluso momentos en los que tenemos que decidir si amputarle una extremidad a un compañero, pudiendo escoger entre una motosierra o una escopeta para hacerlo. La sangre salpicando por la pantalla es una constante y es algo que no puede faltar en una propuesta que homenajea al cine slasher o a films de culto del género. Muy bien en esto, porque la mayoría de ejecuciones son salvajes.
El aliciente aquí, y aunque se puede degustar en solitario, es el de jugar en compañía, organizando una noche de terror con amigos o familiares, y que cada uno intente sobrevivir con su personaje. Es como se disfruta verdaderamente de la experiencia Supermassive. Aquí, podemos juntarnos con 7 amigos más y lanzarnos a la experiencia con incluso más gente que en otras propuestas del estudio. Y también se podrá jugar online, como herencia de un proyecto que nació como desarrollo para Stadia. Aunque este añadido no está disponible desde el lanzamiento, sino que lo hará próximamente mediante una actualización.
Ficha técnica
- Título: The Quarry
- Desarrolla: Supermassive Games
- Distribuye: 2K
- Idioma: Voces y textos en español
- Fecha de lanzamiento: 10 de junio de 2022
- Plataformas: PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X|S y PC
- Precio: 69,99 €