La mayor parte de los jugadores de League of Legends iniciamos sesión en los servidores oficiales de Riot Games. Sin embargo, hay dos regiones en el mundo que no tienen acceso al servicio gestionado directamente por la desarrolladora. Una de ellas es China, donde Tencent se encarga de las labores de distribución y mantenimiento y la otra es el Sudeste de Asia. Esta zona resulta particularmente conflictiva en lo referido al MOBA, ya que es Garena quien gestiona el día a día del título. En lo jugable, todas las versiones del mundo son exactamente iguales, pero el trato a la comunidad es notablemente menos amable en la región llevada por esta empresa.
Riot corta lazos con Garena de una vez por todas
De cara al comienzo de la Temporada 13, Riot Games tomará el control de League of Legends y Teamfight Tactics en el Sudeste de Asia, cerrando de una vez por todas el acuerdo de colaboración con Garena. Con esta compañía se había asociado ya en el año 2010 para llevar a cabo el lanzamiento del título en la región y hacer más sencilla su expansión mundial. Sin embargo, la forma de operar de esta empresa había generado grandes tensiones con la comunidad, que estará encantada de migrar sus cuentas a los servidores oficiales y ser tratados del mismo modo que el resto de los jugadores del planeta.
Entre las prácticas habituales de Garena estaba el lanzamiento exclusivo de las skins a través de cajas de loot. Sistemas de recompensa aleatoria similares a las tragaperras que convertían el videojuego en un casino y que eran la única forma de obtener los cosméticos durante su periodo de estreno. Si bien luego llegaban a la tienda oficial (la que conocemos todos los jugadores), el objetivo era que se gastase mucho más de lo previsto invirtiendo pequeñas cantidades en lo que es un sistema de manipulación básico demasiado utilizado en la industria del videojuego. De hecho, en muchas zonas de Europa sería directamente ilegal e incluso España se encamina a la regulación de estos sistemas.
Sin embargo, esta situación ni siquiera sería la más grave que ha protagonizado Garena. Durante algún tiempo –tres años según la comunidad– abrir League of Legends en el Sudeste de Asia suponía comenzar a minar criptomonedas. La situación tuvo que ser reconocida por la propia compañía, que aseguró que se trataba de un fallo de seguridad por el que se había inyectado un código javascript capaz de llevar a cabo el minado de criptoactivos debido a un supuesto ataque informático. Del modo que fuera, todo lo que recibieron los jugadores a cambio de semejante ataque fue una disculpa en Facebook que llegó tarde y mal.
Aunque muchísimo menos importante, Garena también ha sido un socio pésimo para Riot Games debido a las filtraciones. La compañía ha llevado a cabo varias publicaciones antes de la fecha prevista revelando algunos de los futuros cambios que llegarán a League of Legends. El ejemplo más reciente es el de la Pretemporada 2023, que fue publicada en la página web de la empresa días antes de lo previsto, de tal modo que la información se expandió por todo el mundo para disgusto de Riot Games. Esta no fue la primera vez que ocurrió algo similar, aunque todo apunta a que sí una de las últimas.
Cuando comience el próximo año, Riot Games tomará el control en el Sudeste de Asia para controlar oficialmente todos los servidores de League of Legends a excepción del de China. Será un caso más complejo el del gigante asiático, donde la mayoría de los títulos son controlados por grandes megacorporaciones y la situación es muchísimo más hermética.