Para los jugadores de League of Legends en alguno de los servidores oficiales de Riot Games, el nombre de Garena puede sonar muy lejano. Bajo esta nomenclatura se esconde otra de las gigantes asiáticas del mundo de los videojuegos encargada de proveer servicios a multitud de desarrolladoras. Una empresa emergente con una valoración milmillonaria asociada con Riot como la responsable de gestionar el título en el mercado del Sudeste Asiático. Sin embargo, las decisiones la han situado como la enemiga número uno de buena parte de la comunidad.
La empresa ha cosechado mala fama con decisiones cuestionables a lo largo de varios años en los que han ido convirtiendo League of Legends en una tragaperras. Cada dos por tres el servidor introduce un nuevo servicio en formato loot boxes para hacerse con recompensas a precios aparentemente más baratos que, como era de esperar, acaban convirtiéndose en un pozo sin fondo para los jugadores debido al perverso sistema de monetización y los precios ascendentes por cada tirada. Una situación que, por ejemplo, se uso como base para ingresar cantidades absurdas de dinero mediante la vuelta de muchos cosméticos eliminados en el resto de servidores.
Esta situación ya provocaba tiranteces entre la comunidad y Garena, pero la situación no ha mejorado en absoluto. La gota que ha colmado el vaso y acabado con la paciencia de la comunidad es la novedad introducida con los nuevos cosméticos Proyecto. Con ellos, hicieron gala de su sistema de tragaperras habitual (ya forma parte de la identidad de la marca) pero le dieron un giro todavía peor. El anuncio decía lo siguiente: “Las skins Proyecto NO ESTARÁN DISPONIBLES en la tienda para su compra directa hasta una semana después del lanzamiento. Para los jugadores que quieran las skins antes, pueden participar en el nuevo evento disponible el 28 de febrero o comprar el Megapaquete Proyecto".
Básicamente, el evento al que hace referencia nos invita a hacer tiradas en una tragaperras a cambio de diferentes recompensas en una especie de juego de piedra papel y tijera en el que tenemos que derrotar a los jefes (que son los campeones con skin de proyecto) hasta acabar con sus puntos de vida para incorporarlos a nuestro inventario. Una mecánica nociva de la que hemos hablado en numerosas ocasiones y que, debido al contrato entre Riot y Garena, difícilmente pueden limitar desde la desarrolladora. De hecho, la opinión de la desarrolladora se hace evidente al ver que no contaron con ella para distribuir Wild Rift.
Desde luego, es complicado asimilar como los jugadores de una determinada zona del mundo son maltratados sistemáticamente por la encargada de proveer la experiencia League of Legends en esa región. Una agresión frontal a lo que el juego de Riot es en el resto del globo que debería encontrar un final cuanto antes.