Desde el lanzamiento del último juego de FromSoftware el pasado mes de febrero, los jugadores de Elden Ring no han dejado de sorprendernos con su ingenio y sobre todo con su talento. Aunque no siempre es así.
Pero mientras los récords conseguidos son en su mayor parte excepcionales, ¿qué pasa con los más inútiles? Hoy, echamos un vistazo a un jugador que ha tenido una aventura complicada en el Inframundo, ¡yacaba de romper un récord!
Un registro de galera
Como saben los jugadores de Elden Ring, el Inframundo es despiadado, y las criaturas que lo pueblan lo son aún más. Los más talentosos pueden ser capaces de superar a Malenia (uno de los jefes más difíciles del juego) después de 50 intentos, ¡pero este no es el caso de Dan Gheesling, quien derrotó a la diosa de la putrefacción después de 2999 intentos!
Totalmente opuesto a Let me solo her, Dan Gheesling es un gran amante de los juegos de soulslike... excepto que los soulslikes no parecen ser su campo favorito. Terminó su aventura en el Inframundo hace unos días, habiendo muerto un total de 7.358 veces. Un número aberrante, que sin embargo le valió un nuevo récord, el del jugador más malo de Elden Ring.
Ojo, spoiler del final de Elden Ring
¿Pero es Dan Gheesling realmente el jugador que murió más veces en Elden Ring? Difícil de decir. El hecho de que haya filmado toda su aventura en realidad lo convierte en el jugador más catastrófico conocido y documentado. Sin duda, a muchos Shatterless les ha ido peor... en las sombras.
En el futuro, no hay duda de que se crearán categorías para premiar a los jugadores más "torpes" de Elden Ring, y muchos Sinluz podrán competir para obtener los peores registros del juego.
5 meses de muertes consecutivas
Si hay algo que podemos saludar en Gheesling es su perseverancia. El jugador ha completado su aventura después de 5 meses de feroces batallas contra los enemigos más formidables de Elden Ring. En total, habrá pasado más de 360 horas en el último juego de FromSoftware antes de vencer finalmente a la bestia de Elden.
Siempre que miramos a nuestros gatitos, envidiamos su vida tan despreocupada. Ahora, con Stray podemos ser como ellos. No esperéis un camino apacible, pero sí muy divertido.
