Es la analogía fácil, pero Saints Row es realmente como ver una peli de Michael Bay. Tiroteos, acción y muchas explosiones. Son productos que te dan lo que esperas y, como tal, no puede haber lugar para la decepción si sabes lo que hay. Tras jugar más de cuatro horas a este reinicio de una de las saga sandbox más queridas, es exactamente lo que imaginaba. No pasará a la historia ni aportará nada nuevo, pero me lo voy a gozar fuerte cuando salga.
He de reconocer que cuando vi los primeros tráileres del juego no me llamó demasiado la atención, porque precisamente me resultaba más de lo mismo. Fui con esa predisposición quizás algo negativa a jugar, pero salí de la sesión con una sonrisa en el rostro. Quizás por ir con las expectativas bajas, siendo sincero. Pero me lo pasé muy bien, y a fin de cuentas, es a lo que vamos cuando tenemos un mando en la mano.
Creo que Volition fue muy inteligente al retrasar unos meses el lanzamiento de Saints Row. No solamente para mejorar el juego -aunque ya os digo que me topé con unos cuántos bugs, pero es algo normal en builds previas-, sino porque estaba en el calendario en la misma semana que Elden Ring y Horizon Forbidden West, que era un suicidio comercial. Ahora, con un lanzamiento previsto para el mes de agosto, y sin demasiada competencia alrededor, me parece el típico juego perfecto para pasar cuarenta y siete olas de calor seguidas.
El simulador de ser autónomo
Cuando se presentó este reinicio con una nueva banda, mucha gente criticó a los nuevos personajes, pidiendo el regreso de los Saints originales. Os digo que, sin duda, lo que más me ha gustado es el tono que se le ha dado a la aventura en esta nueva entrega. Esta breve toma de contacto ya me ha servido para coger cariño a los protagonistas, porque se les ha dotado de madurez y de un trasfondo común, sin perder ese toque irreverente y de cachondeo que ha sido santo y seña de la marca.
Esa madurez es muy importante y creo que demuestra un crecimiento de la marca, equidistante al de los jugadores que comenzaron a jugar una saga que tiene más de 15 años a las espaldas. Comenzamos a jugar de adolescentes y nos hacía cierta gracia poder pegar a los transeúntes con un dildo, pero quizás eso ahora no nos parezca tan necesario. Aunque sí que nos puede gustar hacer el cafre dentro de un videojuego de tono irreverente, y de eso no va a faltar.
Aquí, sin entrar en muchos detalles de la historia, nuestra banda son unos compañeros de piso que, inicialmente, trabajan para distintas bandas criminales que buscan hacerse con el control de la ciudad. Hasta aquí, lo típico, pero entre ellos, aunque su curro sea para distintos capos, buscan protegerse. Un trabajo que, como cualquier otro, agota mentalmente y no está especialmente bien pagado. Así que, en una escena antológica en la que se dan cuenta de que están hartos, deciden montar su propia banda. De ahí el reclamo comercial de "Sé tu propio jefe" que, si bien va con un poco de sorna, termina siendo el leitmotiv del juego.
Todo ello tiene el punto de partida de uno de los editores más locos que hemos visto en los últimos tiempos. Ya lo habéis podido comprobar desde hace algunas semanas, cuando se lanzó Boss Factory, para que fuéramos creando a nuestro propio personaje. Os tiraréis un buen rato diseñándolo y, lo mejor, es que en cualquier momento podéis cambiar su apariencia desde el teléfono móvil que porta el personaje en el juego y que sirve como herramienta de gestión; y además iremos desbloqueando nuevas opciones, como tatuajes.
Más maduro, pero tampoco mucho
En cuanto al gameplay en general, las sensaciones que me quedaron son las de estar jugando a un sandbox de 2005, con todo lo bueno y lo malo que ello implica. Básicamente, todo se resume a variadas misiones en las que hacer explotar algo o acabar con alguien, así que todo acaba con un tiroteo desmesurado y huidas o persecuciones épicas. Saints Row es muy simplista en este aspecto y, como decíamos al principio, te da lo que muestra sin ningún tipo de engaño. A pesar de ser algo que ya hemos visto, deja una sensación satisfactoria. Aunque en sesiones largas puede acabar resultando aburrido, quizás opciones como el modo cooperativo que incluyen ayudan a minimizar este sentimiento.
Eso sí, en las mecánicas de combate hemos visto alguna que otra cosa interesante, como las habilidades que nuestro protagonista adquiere a medida que sube de nivel, y que desencadena en acciones cinemáticas en las que le metemos una granada por el trasero a nuestro enemigo y se lo lanzamos al resto o la posibilidad de lanzar minas de proximidad, por poner dos ejemplos. También contamos con una especie de ataque recargable, que se cargará más rápido a medida que acumulemos muertes, y con el que podremos hacer una ejecución violenta que, además, nos recargará un poco la barra de vida. Una acción a lo Bloodborne de lo más interesante que nos ayudará a salir de más de un apuro.
¿Cómo funcionará a largo plazo?
Saints Row esconde también mucho contenido extra, con coleccionables como paquetes de drogas que tendremos que buscar por el mapa o misiones secundarias en las que robar coches con helicópteros o acabar con chivatos de la policía. Son algunas de las que hemos podido hacer; y el juego te insta a ello ya que podemos movernos con bastante rapidez por el mapa, ya sea conduciendo cualquier tipo de vehículo o usando el traje aéreo que porta nuestro protagonista, y con el que podremos combinar acciones.
Nuestra sesión se redujo principalmente a hacer todo tipo de misiones, tanto principales como secundarias. Y en ellas, lo que encontramos es puro Saints Row. Donde no importa que no haya un realismo exacerbado, pero sí el ofrecer diversión sin complicaciones, con secuencias de lo más flipadas en las que saltar de un coche a otro, haciendo que todo explote. Es su esencia, y se refleja hasta en ver un fajo de billetes verde en el suelo cada vez que acabamos con un enemigo para quedarnos con su dinero. Un sentimiento añejo y familiar que aúna lo clásico con las ventajas que ofrece el hardware actual.
Creo que el juego puede dar más de sí de lo que he podido jugar, porque nuestra partida se limitaba a cuando nuestro grupo se hacía con una iglesia como centro de operaciones. Ahí es donde aparentemente comenzarán unas posibilidades de gestión para construir nuestra propia banda criminal que pueden ser muy interesantes, y servir como descarga ante una acción tan desmesurada y constante. La respuesta la tendremos el 23 de agosto, que es la fecha de lanzamiento de Saints Row.