Hace unos años, los juegos sandbox salían hasta debajo de las piedras por "culpa" del incontestable éxito de GTA. Todos querían repetir esa fórmula y salieron numerosos competidores y, al final, parecía que, salvo excepciones, estábamos jugando a los mismos títulos clónicos. El ir a lo fácil es uno de los males endémicos del sector del entretenimiento. Pero, como digo, algunos se dieron cuenta que lo mejor era alejarse para ofrecer un estilo propio sin perder la esencia del género en cuestión. Así nació Saints Row.
El juego de Volition apostaba por un toque más gamberro y desenfadado, en el que el realismo no importaba y lo más surrealista era lo más épico, como enfrentarse a la policía en una reyerta con un consolador. Tras unos años de impasse, la saga vuelve subiéndose al carro, esta vez, de los reinicios. A pesar de las voces discordantes que echan de menos a la tropa clásica, lo cierto es que es un cambio necesario y que aportará tanto la frescura como la nota discordante que necesitan este tipo de aventuras.
Hemos acudido a una presentación del juego donde Volition, responsables de la aventura, nos han enseñado gameplay en primicia del nuevo Saints Row. El juego, como sabéis, tenía previsto su estreno el pasado mes de febrero, pero coincidía temporalmente como gigantes como Horizon Forbidden West o Elden Ring y se movió hasta verano. Un movimiento acertado, ya que sale en una época en la que no hay demasiados lanzamientos y eso es precisamente lo que más puede acercar a esta disparatada propuesta que, si bien no inventa la rueda, sabe perfectamente lo que quiere ofrecer.
Tampoco os voy a engañar, durante varios minutos de la presentación torcí un poco el morro, porque simplemente sentía que estaba otra vez en ese 2005 del que os hablaba antes, con otro sandbox genérico. No es que espera nada evocador en un sandbox, pero las sensaciones iniciales fueron un tanto fríos. Creo que es de esos juegos a los que debes adaptarte y asumir lo que son. Que simplemente toca divertirse y hacer el cafre, aunque algunas mecánicas huelan excesivamente a añejo. Supongo que también es para mantener ese toque de familiaridad -como esos billetes verdes por el suelo cuando matamos a alguien- o ese ritmo intenso en el que podemos tirotear a decenas de enemigos en apenas segundos con lo que pillemos entre manos.
También puede que ese sentimiento llegue porque solo hemos visto el gameplay y no hemos podido jugar. Lógicamente, la esencia es distinta y, aunque hay juegos que entran por los ojos aunque veamos a otros jugar, diríamos que en esta ocasión todo cambia mucho si somos nosotros los que estamos haciendo las locuras que se nos pasan por la cabeza; si llevamos el control. Y, en ese punto, Saints Row parece que va a ser divertido a pesar de que no parece que nos vaya a dejar con la boca abierta inventando mecánicas o situaciones. Hace lo que sabe, sin artificios y eso puede convertirse en su mayor virtud.
En el gameplay que nos enseñaron sus responsables vimos un montón de situaciones que os sonarán bastante. Desde huir de la policía a toda velocidad por los distintos parajes de Santo Ileso, a tirotear a una banda rival en almacenes o incluso pilotar un helicóptero de combate para destruir los recursos de los enemigos. Como veis, no se han estrujado la cabeza en demasía y las novedades llegan a la hora de movernos por la ciudad con verticalidad, pudiendo pasar de un vehículo a otro o hasta usando un wingsuit en el que llegar más rápido a nuestro destino mientras, por el camino, hacemos el cafre con los pobres transeúntes.
En todo eso funciona bien. Es como una película de Michael Bay. Sabes a lo que te expones cuando la ves y que vas a disfrutar con sus explosiones, secuencias de acción, tiroteos o también con momentos surrealistas. Pero también sabes que no va a trascender en tu vida. Saints Row no será una experiencia religiosa de esa que recordemos dentro de años como ejemplo de videojuego trascendental, porque tampoco lo pretende, pero sí nos vendrá a la cabeza algún que otro momento divertido. Y eso, a su manera, también tiene su mérito.
Saints Row también nos ha enseñado elementos interesantes y novedosos, en los que nos gustará profundizar cuando tengamos el juego entre manos. Podremos usar un móvil para acceder a todos los parámetros de personalización del personaje, que, como ya vimos en su día, será muy extenso en cuanto a opciones de contenido. También podremos disfrutar de la aventura en cooperativo, que seguro que será divertidísimo. O interactuar con los NPC. Hemos visto cómo el personaje se sacaba de la nada una guitarra y las personas de alrededor se ponían a bailar a nuestro ritmo. Tendrá el don de lo imprevisible.
Sin duda, uno de los aspectos más interesantes del juego serán las herramientas de gestión que tendremos en nuestra base de operaciones, la cuál también podremos personalizar. Ahí tendremos una mesa que nos permitirá gestionar nuestro propio Risk mafioso en el que establecer cuál es el siguiente camino a seguir, y qué recompensas obtendremos si vamos a ese punto. Según lo que escojamos, desbloquearemos bonus, objetos y demás elementos que nos servirán para hacernos más poderosos. Con el dinero obtenido podremos crear nuevos edificios donde se generarán más recursos, que van desde objetos, armas o vehículos. Así se pretende mantener la sensación de descubrimiento a lo largo del juego y será todo un acierto.
La fecha de lanzamiento de Saints Row es el próximo 23 de agosto para PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X|S y PC. Si bien no ha sido un amor a primera vista, estoy seguro de que ese sentimiento cambiará cuando lo tenga entre manos. Sé que no me parecerá, ni de lejos, el mejor juego de la historia. Ni siquiera del año. Pero sé que tiene todos los ingredientes para que me pueda evadir haciendo el cafre sin pensar en nada. Y todos necesitamos ese tipo de juegos.