Hoy es un día un tanto amargo para los amantes del manga y el anime; Kazuki Takahashi, creador y dibujante de la saga Yu-Gi-Oh, ha sido hallado muerto en las costas de Okinawa hace pocas horas por causas que aún desconocemos. Al parecer, el mangaka llevaba un equipo de snorkel cuando lo encontraron sin vida cerca de la playa, por lo que podría haber sido un accidente dentro del mar.
Así, decimos adiós a una de las leyendas que nos entretuvo muchas de las tardes de nuestra infancia con las aventuras y peripecias de Yugi Moto, Seto Kaiba, Mai Valentine, entre otros muchos. A pesar de que la serie ya no corría a cargo suya y el juego de cartas tampoco fue algo en lo que estuviese centrado, fue la piedra angular de todo un juego que dio a pie a infinidad de entretenimiento. El Dragón Blanco de Ojos Azules, el Mago Oscuro, Kuriboh o incluso Exodia fueron creaciones suyas, por lo que debemos de agradecerle bastantes más cosas de lo que pensamos.
Adiós al creador de una franquicia histórica
A Takahashi siempre le habían gustado los juegos de mesa y cartas en la que la estrategia era vital, como el Shogi o el Majong, por lo que no era de extrañar que su obra más célebre girara alrededor de este tipo de juegos. No fue hasta el 30 de octubre de 1996, tras varios años sacando mangas y one-shots con un éxito medianamente bueno, cuando estrenó Yu-Gi-Oh de la mano de la Weekly Shone Jump.
Hasta su final el 8 de marzo de 2004 y con 38 volúmenes a sus espaldas, la obra de Takahashi se convirtió en una referencia y exponente mundial de los juegos de cartas, provocando un furor sin igual a la altura de Pokémon o Dragon Ball y creando una marca que hasta el día de hoy es simplemente historia. Es por ello que duele tanto la muerte, ya que si bien no estaba del todo vinculado con la actual Yu-Gi-Oh, fue el que le dio forma y el impulso suficiente para dejarla en lo más alto del olimpo de los juegos de cartas. Gracias por todo, Takahashi.