Seto Kaiba lo tenía todo bajo control. Sabía que su mazo era potente, especialmente por ese Dragón Blanco de Ojos Azules, y que ese chico llamado Yugi no tenía nada que hacer contra él. Sin embargo, ese pequeño chico de pelo puntiagudo se las ingenió para reunir cinco cartas, las extremidades de Exodia, y logró la victoria invocando un poder arcano procedente del Antiguo Egipto.
Todos conocemos esa historia, porque es lo que se nos cuenta en los primeros capítulos del anime de Yu-Gi-Oh! y las primeras páginas del manga. El primer giro dramático de la serie se produce ni más ni menos que con un combo. Y ahora parecen ser los combos infinitos los que están lastrando la experiencia de los jugadores dentro de Yu-Gi-Oh! Master Duel.
¿Qué harías si tu rival hace esto en el primer turno?
El vídeo superior, extraído de la cuenta de Twitter @The_progenitor1, se ha hecho viral en las últimas horas. Publicado hace unos tres días, ha alcanzado los más de 3000 RT si sumamos los directos como los citados. La razón es que muestra algo que existe dentro del recién inaugurado nuevo juego de la franquicia de cartas coleccionables; y son los combos infinitos que pueden ganar partidas desde el primer turno.
No os aburriremos con la descripción de lo que hace el jugador, pero sí que es necesario hablar de que esto no es ni un truco ni un bug. Las victorias en un turno, u OTK como se les llama en inglés (One Turn Kill), llevan presentes en Yu-Gi-Oh! prácticamente desde siempre. Tu mazo ha de estar confeccionado de una forma concreta para buscar esta estrategia lo más rápido y consistentemente posible.
Yu-Gi-Oh! tiene una larga historia de OTKs
Existen listas de cartas prohibidas en torneos oficiales, en las que están naipes como la Substitoad que hacía posible el combo con Mass Driver y Ronintoadin. Pero en Yu-Gi-Oh! Master Duel siguen existiendo combos OTK como el del vídeo.
Hay un problema importante con este tipo de estrategias, ya que cuando el combo es factible, reproducible y posible desde el primer turno, no existe la posibilidad de que el rival pueda responder. Al no existir counterplay, se convierte Yu-Gi-Oh! en un modo para un jugador en el que se elimina la dificultad y la interacción entre rivales, donde la frustración está a la orden del día.
Aunque pueda ser meritorio dar con estos combos, una vez conocidos, se convierten en una práctica tóxica. Ver animaciones durante dos minutos para perder sin haber robado siquiera una carta no parece lo más sano del mundo.