La primera temporada de KOI en la Superliga de League of Legends se acerca a un final que nadie esperaba. Tras unos encuentros amistosos ante Karmine Corp que invitaban al optimismo y un inicio de liga con tres victorias consecutivas que lo ratificaba, el equipo acumula un total de ocho derrotas en sus últimos once partidos. Una estadística extraordinariamente negativa que se hizo todavía más grave con la reciente derrota ante G2 Arctic en su partido. Hincar la rodilla siempre duele, pero hacerlo en el momento clave frente a un rival directo deja un sabor de boca todavía peor.
Sin embargo, ni siquiera estas circunstancias son las más dolorosas. Lo más hiriente es que esta situación no se entiende. No se si es un “absoluto desastre” o un “suspenso rotundo” como enunció Ibai Llanos en su polémico tuit borrado sobre el estado del equipo, pero tengo claro que puedo ponerme en el papel de todos los fans frustrados que no sepan qué pasa con el equipo en el que tantas ilusiones habían depositado. Había una plantilla competitiva, un cuerpo técnico que podría estar entre los mejores de España y un dueño que conoce el sector.
Hoy trataremos de responder a la pregunta de qué ha fallado en KOI y buscar algo de esperanza porque hasta que se cae el último nexo no se acaban las competiciones de League of Legends.
Las claves deportivas: el fracaso de KOI en la Grieta del Invocador
Sea causa o consecuencia, cuando un equipo de League of Legends no rinde a la altura hay que buscar los síntomas en la Grieta del Invocador. En el caso de Finetwork KOI se han tratado de personalizar todos los problemas en el presuntamente mal estado de forma de SLT. Es evidente que de un top laner con experiencia en LEC esperábamos grandes cosas. Sin embargo, el principal problema con el jugador no es su rendimiento, si no la asignación de recursos del equipo.
Un plan de juego de una sola dimensión
Ya en nuestro “Informe SLT” hablábamos de lo aislado que está el jugador del resto de su equipo. Incluso en la partida entre KOI y Movistar Riders en la que recibió recursos durante los primeros minutos, acabó aislado del resto del equipo. En casi todas las partidas la ayuda llega tarde o no llega. Esta situación es particularmente problemática si tenemos en cuenta que Salut A Tous es un jugador agresivo. A lo largo de su carrera ha disputado 133 partidas. De estas, solo en 21 ocasiones se decantó por campeones basados en resistencias. Elecciones con las que no ha tenido grandes resultados.
De este modo, tenemos a un jugador que salta a la Grieta del Invocador con el cuchillo entre los dientes y el único plan de acabar con sus enemigos. Alguien que se beneficiaría enormemente de tener infinidad de recursos y que podría echarse al equipo a la espalda, pero que queda relegado a un rol secundario. Es una zona de agresión constante para los rivales. En muchos casos incluso plantean la partida tratando de incidir en su zona del mapa para ganar antes de que pueda acumular el oro necesario como para conseguir echarse al equipo a la espalda.
En cinco de las ocho derrotas que ha sufrido KOI la fórmula utilizada por sus rivales ha sido la misma. Elegir un campeón de lado débil que no requiera demasiados recursos y adoptar estrategias que les permitan evitar que el jugador consiga los recursos suficientes como para jugar la partida de forma cómoda. De este modo, queda sujeto a sostener a campeones que aportan mucho más en las peleas grupales y son capaces de hacer mucho más en caso de estar empatados a oro. Esta estrategia suelen acompañarla de una primera emboscada sobre el: SLT da la primera sangre en un 35,7% de las partidas.
Problemas comunicativos
Sin incidir más en SLT, KOI es en términos generales un equipo desastroso durante los primeros minutos. Solo en 2 de cada 10 partidas es capaz de lograr la primera sangre y apenas controlan los objetivos. Sin embargo, la mayoría de las veces llegan al minuto 15 con la partida en relativa igualdad. Una desventaja fácil de gestionar que suele caracterizar a los equipos que prefieren centrarse en el juego tardío. Sin embargo, no dejan de cometer errores evitables durante estas instancias del juego.
Hablar de “problemas de comunicación” en los equipos suele ser una excusa de mal analista para culpar a un ente abstracto de los fallos de un equipo de League of Legends. Sin embargo, hay varios aspectos en los que se evidencia que los jugadores de Finetwork KOI no están en la misma sintonía. Las ayudas llegan tarde o no llegan, no suelen tener en cuenta los enfriamientos del teleportar para tomar decisiones y no parece haber una voz cantante que diga cuándo empezar las peleas y cómo.
En el KOI contra Giants (Foto 1) el equipo plantea un buen Barón Nashor cuando tienen 3.000 de oro de ventaja sobre sus rivales. Llegado el momento en el que las cosas se complican y retroceder se convierte en la mejor jugada, los muchachos de las carpas siguen con el piloto automático tratando de derribar el objetivo. Por supuesto, entra Th3Antonio con Cho’Gath para asegurar el Barón Nashor y lo roba. Ya cuando el objetivo tenía 8.000 ùntos de vida parecía claro que no podía ganarse la visión y había que abortar, sin que nadie se impusiera para mover al conjunto.
Para añadir ejemplos podemos encontrarnos el partido de las carpas contra Team Heretics. (Foto 2) Fue uno de los más criticados de SLT por exponerse demasiado al Nocturne enemigo. Sin embargo, el jugador está siete segundos esperando a que sus compañeros decidan iniciar la pelea. Aunque no era una buena situación de combate ya que los rivales estaban agrupados, no parece que la toma de decisiones se hiciera con alguien avisando a su compañero de que era mejor retirarse. Simplemente se quedan por la zona: de no haber saltado al top laner, podrían haberlo hecho sobre cualquier otro rival porque en cualquier paso la pelea estaba demasiado fracturada.
Por último, la forma en la que se encaran algunos combates es bastante cuestionable. En una de sus partidas más recientes ante Movistar Riders hay un nuevo ejemplo (Foto 3) en el que vemos como los jugadores de KOI se agrupan en tres bloques para pelear el Dragon Hextech que supone alma para el equipo de la telefónica. Mientras tanto, Riders se decide por una combinación formada por un gran grupo ofensivo y un campeón en el flanqueo que puede unirse fácilmente a la pelea. El resultado es que incluso si Movistar falla habilidades clave, no son capaces de aportar daño antes de que la pelea esté decidida.
No podemos hablar de lo que pasa dentro del equipo, pero desde fuera parece que cada uno de sus integrantes tiene una idea de juego diferente y mucha confusión sobre el método más eficiente para ganar. Fallan en ideas básicas y planteamientos que su cuerpo técnico ha demostrado dominar durante su estancia en otros conjuntos.
Las claves extradeportivas: La estructura de un equipo de League of Legends
Durante la planificación deportiva, ni Ibai Llanos ni sus ayudantes consideraron imprescindible hacerse con los servicios de un psicólogo deportivo. Una decisión difícilmente comprensible si tenemos en cuenta que la organización acaba de nacer y tiene la mayor masa social de toda la Superliga. Son el equipo con más papeletas para hacer las cosas mal por culpa de su juventud, el que más presión tiene por culpa de sus fans y también uno de los pocos que consideró prescindible añadir esta figura a su plantilla.
La pieza que le faltaba al cuerpo técnico de KOI
KOI no solo ha ganado pocas partidas en la Superliga de League of Legends: también ha derribado más nexos de los que deberían corresponderle. Pese a los fallos en la Grieta del Invocador, las individualidades pesan. El equipo ha formado una plantilla en la que hay poco que reprochar a un cuerpo técnico de élite. Tampoco fallan jugador por jugador ya que todos podrían estar en cualquier otro equipo de España, a excepción de Fnatic TQ, sin desentonar en él.
Ninguno de los jugadores estaba acostumbrado al nivel de exigencia que se iba a establecer en KOI desde el primer día. Incluso Hatrixx, el más veterano, llegaba de un nada mediático BT Excel. Casos todavía más singulares son los de Raffita, que venía de un UCAM en el que todo fue sobre ruedas y superaron las expectativas; Koldo, que lo hacía de G2 Arctic donde era uno de los más destacados; seaz, desde una competición alemana que ni se puede comparar a nivel de masa social con la Superliga o SLT, a quien ya le costó adaptarse a la LEC con Team Vitality.
Desde esta perspectiva es fácil entender que, mientras las cosas iban bien y no hacía falta apoyo externo, era sencillo lidiar con la presión de KOI. Sin embargo, cuando una temporada se tuerce no siempre puedes estar solo. Sentir que le fallas a la gente, que no estás a la altura de tus compañeros o que no llegas al nivel de un proyecto tan bonito es normal. También entrar en un círculo vicioso y estar falto de confianza. Precisamente por eso el club falló en detectar que necesitarían sus jugadores al comienzo de la temporada.
Todo sea dicho, la organización ya ha solventado el error. Pero nada se reconstruye en dos días.
Un entorno ultracompetitivo
Por último, hay que destacar una cosa: la Superliga es, en el peor de los casos, la tercera competición de mayor nivel del League of Legends europeo. La liga pasó un gran bache durante la pasada campaña, pero este año han comenzado algunos de los proyectos más ambiciosos que nunca ha visto la competición. En términos de Luis Aragonés, “aquí hasta el más tonto hace relojes de madera”. Team Heretics, Barça Esports e incluso Bisons Eclub se han unido a equipos asentados como Giants, G2 Arctic o Movistar Riders.
En cualquier otra temporada, no cabe ninguna duda de que este KOI estaría asentado en las cinco primeras posiciones de la tabla. Sin embargo, en una competición tan igualada es imposible ganarle a un equipo si no estás a tu mejor nivel. Suma eso al hecho de que la fase regular es exageradamente corta y castiga las malas rachas y hasta parece fácil entender porque el equipo no ha funcionado.