Las redes sociales son un territorio complicado incluso para Riot Games. La compañía responsable del lanzamiento de League of Legends todavía se está habituando a gestionar diferentes títulos y no siempre da en el clavo a la hora de interactuar con su comunidad. La última polémica en redes la ha protagonizado la cuenta oficial de la desarrolladora, cuyo responsable preguntó a la comunidad cuál era la conducta que más odiaban en sus partidas, asegurando que en su caso era “que los jugadores no enciendan el chat de voz en partidas clasificatorias”.
Una broma de mal gusto para la comunidad de League of Legends
Muchos jugadores consideraron que con esas declaraciones la desarrolladora estaba haciendo una broma de mal gusto. Aunque es muy probable que se tratara de un simple tuit inocente dedicado a los jugadores de Valorant, que sí cuenta con esta funcionalidad, la comunidad de League of Legends lleva tiempo insistiendo en la necesidad de un servicio similar en el juego. Una posibilidad que ha sido negada de forma continua por la compañía y que no hay intención de implementar en el futuro debido a las malas conductas a las que podría dar lugar.
Las respuestas en tono irónico de los jugadores y las que afeaban a Riot Games el tuit no se hicieron esperar, llevando a los responsables de la cuenta a eliminarlo a las pocas horas de su lanzamiento. Incluso algunos extrabajadores de la desarrolladora respondieron con críticas, asegurando también que existen muchos motivos de peso para decidirse a no utilizar el chat de voz incluso en los juegos en los que está disponible. Una postura que la desarrolladora no tuvo en cuenta incluso si ha motivado algunas de las decisiones más polémicas de su historia.
Aunque esta es una de las pocas polémicas en la que se ha visto involucrada la cuenta oficial de Riot Games, lo cierto es que la desarrolladora ha sufrido este tipo de situaciones de forma habitual en otros de sus servicios. Por ejemplo, su perfil dedicado a soporte al jugador fue ridiculizado en un varias ocasiones por dar consejos equivocados a los jugadores o incluso incentivarlos a dejar de jugar durante la pretemporada porque, según sus palabras, no servía de nada.