Aphelios ha sido uno de los campeones más polémicos de la historia de League of Legends. Su lanzamiento, combinado con unas declaraciones posteriores de Riot Games, desencadenó una de las oleadas de críticas más importantes que la desarrolladora ha recibido en los últimos años y, junto a los problemas relacionados con el equilibrio de los siguientes personajes estrenados fue suficiente como para cambiar la política de la desarrolladora. Unas consecuencias imprevistas que muchos jugadores todavía tienen muy presentes y, de vez en cuando, se dejan ver en la Grieta del Invocador.
La jugada que recupera los 200 años de experiencia
Aunque ha recibido muchos cambios desde que llegó a League of Legends, Aphelios todavía mantiene alguna de las señas de identidad que desencadenaron los memes con respecto a Riot. Entre ellas, el frustrante combo cuando pierde la munición de una de sus armas que le permite lanzar habilidades adicionales y, sobre todo, las combinaciones con el Calibrum (Rifle) que le permiten ganar una desmesurada cantidad de rango y acabar con los rivales a una distancia a la que ningún otro campeón podría operar.
La situación queda bastante clara con la jugada que un creador de contenido ha querido compartir con la comunidad. En ella, acaba con una Sona rival en un abrir y cerrar de ojos sin haberse aproximado ni una sola vez a la distancia suficiente como para lanzar un ataque básico. Una barra de vida entera que desaparece en apenas cinco segundos mientras el propio jugador expresa entre risas que él mismo es “muy desagradable”.
La jugada es posible gracias a la combinación de armas perfecta y está lejos de ser la norma con Aphelios. Sin embargo, la consigue sin contar con una ventaja excesiva con respecto a sus oponentes ni demasiada complejidad mecánica más allá del gran acierto en la toma de decisiones y la forma en la que interpreta la situación. Es, en definitiva, la muestra de todo el potencial de este campeón que un día fue considerado como el mejor de todo League of Legends y con mucha diferencia.
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