A lo largo de todos los años que League of Legends lleva disponible, Riot Games ha ido dominando su propio juego y aprendiendo a como lidiar con los ajustes que realiza cada dos semanas con motivo del lanzamiento de los nuevos parches. Sin embargo, desde la desarrolladora todavía se encuentran problemas con determinados objetos y personajes que parecen no ser capaces de ajustar tal y como a ellos les gustaría. Una situación que se repite de forma más habitual de lo que parece.
El objeto más problemático de League of Legends
Uno de los fallos más comunes de la desarrolladora es lidiar con los personajes capaces de sacarle especial partido a determinados objetos. Es una situación que lleva tiempo apareciendo en el juego y que esta temporada vimos con el caso del Quimiotanque Turbo. Sin embargo, hay casos similares a este que pasan desapercibidos. El caso más reciente es el del Manamune, que se ha convertido en un ítem capaz de provocar unos cuantos nerfs a los personajes que lo usan.
A lo largo de las últimas semanas, el objeto ha provocado nerfs a Qiyana (11.11), Varus (11.12) y Talon (11.10 y 11.12). Sin embargo, el rastro podría estar cerca de aumentar: algunos personajes poco populares están empezando a sacarle mucho partido a al ítem, que se ha convertido en una de las más fuertes de todo el metajuego. Buenos ejemplos son: Corki (52,9% de victorias), Kayn (51,31%), Sivir (52,1%) o Ezreal (51,3%).
La efectividad del ítem bien podría explicarse debido a su eficiencia de oro, ya que al cargarse nos aporta un 23% más de las estadísticas que hemos pagado y unas cuantas pasivas que aumentan el daño en una muy buena cantidad. De hecho, incluso algunos campeones basados en poder de habilidad como Ahri o Sylas mostraron construcciones basadas en el Manamune en las últimas competiciones de League of Legends.
Particularmente preocupante es su combinación con el Desgarrador Divino, que se sitúa como una de las mejores de todo el juego en diferentes variables. Ahora la única incógnita es si Riot Games hará algo al respecto o nos encaminamos a una verdadera maldición para los campeones que usan este objeto.