Call of Duty: Warzone está a punto de recibir uno de los mayores cambios de su historia en lo referido a la jugabilidad. Raven Software, la desarrolladora responsable de gestionar el battle royale, ha comunicado en su último parche que hará cambios a unas cuantas armas. Este proceso, aunque es habitual, ha llegado con una novedad de planteamiento que podría cambiar el juego, ya que el objetivo final es buscar que estos ajustes conduzcan a resultados más justos.
El ajuste clave del nuevo parche de Warzone
Más allá de los ajustes concretos a cinco armas (CR-56, FARA, Streetsweeper, Bullfrog y PPSH) el camino que esperan seguir desde Raven Software es el de crear un ajuste total que evite que haya metajuegos tan marcados como el que en su día protagonizaron FFAR o GRAU. Así, a partir de esta decisión, podrán llevar acabo una mejora a largo plazo en cuanto a la habilidad o tiempo necesario para conseguir una baja.
En palabras de la desarrolladora, estos ajustes a Call of Duty: Warzone no deben considerarse “ataques a determinadas armas”, si no parte de “una iniciativa más amplia que tiene el objetivo de aumentar el nivel de habilidad máximo”. Así, uno de los ajustes clave cuando acabe el proceso de regular el poder de cada una de las armas del battle royale, será un aumento de time to kill (TTK), es decir, el tiempo que tardamos en conseguir una baja.
Parece que desde Raven Software empiezan a tomarse muy en serio la integridad competitiva de Call of Duty: Warzone. Las opciones cada vez están más abiertas y la comunidad parece responder positivamente a estos ajustes. De hecho, la crítica más lógica es cuestionar a Raven Software por no haber llevado a cabo cambios de esta índole antes para hacer que las partidas de su battle royale sean mucho más justas. Ahora, solo queda esperar a que sigan adelante con el proceso y ver sus efectos.