Gwen llegó a League of Legends con uno de los peores debuts posibles para un nuevo personaje. En el momento de su estreno, la campeona apenas lograba ganar el 37% de las partidas en las que era elegida, un rendimiento que obligó a Riot Games a introducir pequeñas mejoras. El motivo fue que, según sus previsiones, ni con la mejor natural que experimentan los personajes en los días posteriores a su estreno llegaría al deseado 50%.
Ahora, con el parche de su lanzamiento ya completo y mientras enfrentamos la versión 11.9 que acaba de llegar a League of Legends, la teoría de la desarrolladora se ha confirmado junto con unos cuantos problemas adicionales que pueden convertir su equilibrio en una verdadera pesadilla.
Gwen un campeón que no todos los jugadores pueden dominar
Uno de los mayores problemas para Riot Games a la hora de equilibrar el juego es la evaluación del rendimiento de los personajes en diferentes grupos de habilidad. Aunque todos los personajes experimentan cambios en su tasa de victorias en función de en que rangos nos enfoquemos, algunos son más proclives a tener grandes diferencias, y Gwen es uno de ellos.
Con la curva de crecimiento de la tasa de victorias mostrando una tendencia estable, observamos como la nueva campeona se ha convertido en uno de esos campeones capaces de tener más poder cuanto más alto es el nivel de habilidad de los jugadores. Su tasa de victorias oscila entre el 43,5% (Bronce) y el 48,28% (Diamante +), creando un intervalo con 4,78 puntos porcentuales de separación que se queda en una media (línea amarilla) del 46,56%.
Esta situación deja a Riot Games con un problema de ajustes a futuro. La campeona todavía no ha entrado en el juego profesional, pero si la tendencia se mantiene apunta a ser una de las elecciones más valiosas. De esta forma, Riot Games tendrá que llevar a cabo mejoras. La única norma que Gwen no cumple para recibir un buff es la de su presencia en la fase de selección en los rangos más altos, ya que aparece seleccionada o baneada en más del 7,5% de las partidas. Algo que, por otra parte, es habitual con los nuevos personajes.
La nueva norma de League of Legends incumplida por Gwen
Además de la dificultad de cambiar campeones poniendo el foco en los niveles de habilidad más bajos cuando ni siquiera ha habido oportunidad de verla en competitivo, Riot Games tendrá que superar otro desafío con Gwen.
Desde su estreno, la campeona se ha convertido en un personaje unidimensional con respecto a su construcción de objetos. Los jugadores eligen el Creagrietas como ítem mítico en el 78,7%. La estadística, alarmante de por sí, es todavía más exagerada si tenemos en cuenta el elevado ratio de elección del Diente de Nashor como primera opción (12,4%). Combinando esta situación con el número de partidas en las que no llegamos a completar el segundo objeto por victorias o derrotas rápidas, el caso es aún más preocupante.
Así las cosas, Riot Games tiene un problema muy serio entre manos. El funcionamiento de los nuevos campeones en sus etapas iniciales es crucial para determinar la popularidad que tendrán en el futuro. Sin embargo, desde la desarrolladora combinan dos de los problemas más difíciles de resolver que puede presentar un personaje: el rendimiento diferente según grupo de habilidad y la falta de variedad en los objetos.
Muchos jugadores han señalado que son los ítems (concretamente la falta de una variedad atractiva) los que están condenando a la nueva campeona. Un nuevo desafío para una desarrolladora a la que se le acumula el trabajo en términos de equilibrio de campeones.