No vamos a descubrir nada al deciros que los videojuegos violentos están bastante más perseguidos que otras expresiones artísticas similares, como el cine del mismo estilo. Algo que especialmente es curioso y centro de debate en la política estadounidense; allí, que te permiten tener un arma guardada en el cajón al lado de las gafas de sol. El caso es que un político de allí ha vuelto a relacionar la ola de violencia que está teniendo lugar en Chicago con este tipo de productos.
Eso dice Marcus Evans Jr, quien ha propuesto una reforma de ley para prohibir la venta de videojuegos violentos como GTA. Pretende hacer eso con el código penal de Illinois, actualizando un documento que data de 2012 en el que la venta de videojuegos violentos a menores implica una multa de 1.000 dólares.
El político va más allá y no solo penaría la violencia, sino que también se añadiría a todos los que aporten "daño psicológico y abuso de niños, abuso sexual, abuso animal, violencia doméstica, violencia contra las mujeres o robo de vehículos a motor con un conductor o pasajero presente dentro del vehículo cuando el robo comienza". Vamos, que GTA lo tiene difícil.
Aunque Evans indica que "no quiere apuntar en una marca en particular", en clara alusión a GTA. Indica que el proyecto de ley se centra en la "prohibición de todos los videojuegos violentos, en general, porque hay muchos videojuegos de este estilo". También se pregunta si este tipo de títulos contribuyen a la aceptación de un comportamiento violento desviado.
Ejemplifica la violencia que está teniendo lugar en Chicago: "como represento a estas personas, quería hacer algo para incitar a una conversación, logrando que la gente se pare a pensar en alguno de los problemas que ocurren en la ciudad, y que podamos trabajar juntos para resolverlos".
"Todo lo que consumimos a diario nos afecta: la música, la comida... quizás los videojuegos violentos lo hagan. O tal vez no. Es la razón por la que debemos tener esta conversación. Haría un llamamiento a la comunidad gamer para ayudar a resolver la violencia y otros problemas en esta comunidad", dice Evans en referencia a los estudios de psicología que no encuentran evidencias que relacionen la conducta violenta de las personas con respecto al consumo de videojuegos violentos.
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