La nueva temporada de League of Legends llegó al juego para cambiarlo todo. La revolución de los objetos era necesaria, pero la nueva realidad no ha sido fácil de asumir por parte de Riot Games. La desarrolladora ha cumplido de forma relativamente satisfactoria, pero lejos de la perfección y todavía con mucho trabajo por hacer de cara al futuro. Una lista de tareas que se agrupa, principalmente, en problemáticas muy concretas como la del Quimiotanque Turbo.
Este objeto, se ha convertido en uno de los más problemáticos del juego. Solo se construye en un 4,2% de las partidas y su eficiencia en la mayoría de personajes no es ni mucho menos espectacular. Sin embargo, tiene un problema que pone a Riot Games entre la espada y la pared: los campeones que más partido le pueden sacar se convierten en bestias imparables. Si cogemos una muestra de la tasa de victorias del parche 11.4 nos encontramos lo siguiente:
Skarner, Udyr, Rammus y Mundo han estado dominando el metajuego de la jungla situándose como los mejores personajes para ascender en partidas clasificatorias teniendo en cuenta toda la escalera de rangos de League of Legends. Todos muestran una preocupante predilección por el Quimiotanque y tres de ellos han recibido reducciones de poder en los últimos tiempos. Todos excepto el Dr Mundo, que se situó en lo alto de la tabla tras recibir una mejora en sus estadísticas y apenas ha tenido tiempo a llevarse un nerf.
Las estadísticas demuestran que el problema es el Quimiotanque Turbo y su capacidad para mejorar a campeones que depende de su velocidad para ser efectivos y pertenecen a la categoría de tanque. Sin embargo, Riot Games se queda entre la espada y la pared al tener que tomar una decisión: nerfear el ítem y hacer que sea todavía peor para el resto de personajes o bajar el poder de los campeones para reducir su poder de una forma un tanto artificial.