League of Legends consiste en la suma de una cantidad de variables que tiende al infinito. Los campeones únicos y todas sus habilidades se combinan con un mapa y sistema de objetos que hace que ni siquiera seamos capaces de imaginar cuantos millones de situaciones podríamos vivir en una partida que sean diferentes con respecto a la anterior. Un contexto sobre el que es complicado trabajar y que, en cierto modo, explica porque el juego tiene tantos bugs.
A esto se une además, los problemas del propio código del juego de los que hemos hablado en numerosas ocasiones y que Riot asume con naturalidad. La mayor parte de ellos son irrelevantes, pero hasta los más pequeños tienen el potencial suficiente como para decantar una partida o, al menos, ponernos en una situación de ventaja a la que no deberíamos haber llegado en ninguna circunstancia.
El protagonista de nuestra jugada hoy es Ivern y puede dar testimonio de ello. La W (Creamaleza) del Padre Arborescente le permite generar arbustos en el mapa que funcionan exactamente igual que los del resto de la Grieta del Invocador, a excepción de una particularidad.
Hace años, Riot Games cambió la configuración de la maleza en League of Legends para que siempre pudieras tener de ella si se cumplían dos condiciones: tener un centinela o que hubiera un campeón aliado dentro. Esto lo hizo simplemente eliminando los “ángulos muertos” y recortando setos como si se tratara de un cortacésped. El problema, claro, surgió cuando llegó un campeón que podía poner los arbustos donde quisiera.
Como vemos en el video, Ivern es técnicamente invisible para los rivales al encontrar un píxel perfecto en el que parece indetectable. Un bug que Riot Games trató de eliminar en el parche 10.14 pero que, visto lo visto, parece que todavía se le resiste a la desarrolladora de League of Legends.