Una de las promesas que Riot Games no ha acabado de cumplir durante este año 2020 es la de mejorar los eventos de League of Legends. La desarrolladora dio un golpe en la mesa con Florecer Espiritual presentando uno de los mejores de la historia del juego, pero el resto de las celebraciones no han estado a la altura y han sido poco más que un ciclo de repetición de misiones genéricas con unas cuantas recompensas gratuitas y skins de prestigio para los que adquieren el pase.
La comunidad ha prestado atención a esta situación, afirmando que los eventos del juego son, en realidad, tiendas especiales. Echando una vista atrás a lo que ha sucedido a lo largo de este año, es difícil quitarle la razón a los jugadores. Quitando la excepción ya mencionada ningún evento ha sido capaz de conseguir el que debería de ser el objetivo principal de este tipo de citas: hacer que el jugador sienta que está participando en el desarrollo del juego.
Desde Riot Games, siguen insistiendo en que quieren mejorarlos de cara al futuro. Sin embargo, saben que no todos pueden estar a la altura de Spirit Blossom. Quizás sea un simple problema de márquetin y terminología, pero lo cierto es que este último Reinas Guerreras no ofrece ningún incentivo extra ni la sensación de ser relevante para los personajes implicados en él.
Buena parte de los jugadores de League of Legends han recordado con cariño eventos como el de Aguas Estancadas, quizá el mejor que nunca ha tenido el juego. Aun así, también ha habido tiempo para los que traían modos personalizados y algo más arriesgados como fue el caso de Odisea o, en general, cosas que realmente cambien el juego y no sean una simple promoción de venta de cosméticos.
Riot Games lleva tiempo buscando mejorarlos, pero no parece dar con la tecla para convencer a la comunidad.