A lo largo de esta pretemporada de League of Legends muchos jugadores se han mostrado molestos al ver como sus campeones favoritos eran ignorados por Riot Games de forma deliberada. Lo cierto es que tienen razón y la desarrolladora está dejando de lado unos cuantos personajes que se han quedado atrás con los cambios, pero se trata de una verdad a medias ya la decisión forma parte de la estrategia de balance del juego y que, de hecho, es bastante lógica.
La situación volvió a salir a la palestra con quejas sobre Sivir. La tiradora se ha convertido en uno de los campeones menos populares de todo el juego y tiene un ratio de victorias paupérrimo desde que comenzó la pretemporada, y no es ni mucho menos la única. Le acompañan personajes como Lee Sin, Nidalee, Xayah o incluso Gangplank. Todos ellos héroes que no han encontrado un objeto que se ajuste bien a sus necesidades.
Puede que de la sensación de que la elección de Riot Games sobre cuáles mejorar o no en el próximo parche 10.25 que ya está disponible en el PBE de la impresión de ser algo arbitrario. Las quejas que iban a llegar eran evidentes y es molesto ver como no mejoran nuestros campeones favoritos que están en una mala racha, pero debe entenderse como un sacrificio inevitable de cara a pensar en el largo plazo y el bienestar de League of LEgends.
El primer paso para poder equilibrar League of Legends pensando en el largo plazo es corregir el uso de los objetos. Si nos fijamos en las notas preliminares del próximo parche, veremos que ningún tirador ha recibido mejoras. Eso no se debe a que desde Riot crean que todo está genial y quieran dejarlo así, si no a que cualquier buff que reciban ahora mismo estos campeones podría tener consecuencias muy negativas e imprevistas que aumentarán demasiado su poder con los nuevos objetos.
De hecho, esta situación es la que se le ha reprochado a la desarrolladora con Amumu, que pese a ser uno de los campeones más fuertes del juego quizás no era su kit de habilidades el que merecía una reducción de poder y puede que se quede demasiado débil en cuanto la situación se normalice.