Los jugadores de Counter-Strike no ganan para disgustos. En los últimos tres meses los problemas del juego se han vuelto más evidentes que nunca con errores que afectaban tanto a jugadores competitivos como a la población mayoritaria del juego. Desde el bug del espectador se mira con lupa todo lo que pasa en un shooter táctico que está en crisis a sus veinte años de vida.
En está ocasión no se trata de nada que los jugadores hayan aprovechado para romper el juego por un error de programación y, aún así, es mucho más grave. La última oleada de baneos de VAC (el sistema antitrampas de Valve) se ha llevado por delante a decenas de jugadores que nunca han utilizado hacks debido a un error relacionado con la incompatibilidad con otros programas.
Aunque durante los primeros días hubo silencio generalizado y desconcierto por la situación, al final muchos jugadores de alto nivel que también se han visto afectados por este nuevo bug han salido a la palestra para denunciar una situación tremendamente problemática. Las sanciones por VAC son un estigma que acarrea sanciones de por vida en competición y prohíbe el acceso a las partidas en línea en CS:GO.
Además, muchos jugadores han visto sus inventarios bloqueados, lo que también podría suponer una pérdida económica importante para aquellos que tengan un buen inventario de skins. Un error catastrófico y probablemente el que más temería cualquier jugador limpio de Counter-Strike. No solo hay que aguantar a los “cargados” si no que también podemos acabar siendo tratados como ellos pese a jugar limpio.
Con su habitual silencio, la cuenta oficial de Counter-Strike no se ha pronunciado al respecto. Los jugadores profesionales asiáticos afectados se sienten especialmente desamparados ante la actitud de la desarrolladora y la falta de organizaciones independientes que les apoyen.