Tras una generación tan prolífica en buenos lanzamientos, es normal que los jugadores quieran mantener, al menos en parte su biblioteca de juegos al cambiar de generación. Sin embargo, el enfoque de ambas compañías ha sido un tanto distinto, sobre todo en lo que respecta a claridad.
PS5
Una buena parte del catálogo de PS4 será compatible con de PS5, pero no todos ellos de inicio. A diferencia de su competidor directo, Sony no asegurá la compatibilidad con versiones anteriores de la generación anterior, haciendo de este un tema candente en la comunicación inicial de PS5.
Tanto es así que las dudas obligaron a la cuenta de Twitter de Playstation a publicar disculpas por los contratiempos en torno a estas características. Todo queda bastante claro ahora, incluso aunque la transferencia de partidas guardadas parece ser que irá "caso por caso": Maneater y Yakuza Like a Dragon tendrán actualizaciones gratuitas de PS5, pero las partidas guardadas de PS4 no funcionarán en PS5. Lo mismo ocurre con Spider-Man Remastered.
Xbox Series X
Otro punto en el que las máquinas de Microsoft serán a priori imposibles de batir. MS ha puesto toda la carne en el asador en el tema de la compatibilidad con consolas anteriores, ya desde hace unos años, y la tónica seguirá en la nueva generación de consolas, con compatibilidades directas y mejoras inmediatas. El equipo de Digital Foundry ha podido probar todo esto y el resultado es muy impresionante: dejando a un lado ciertos casos, la mayoría de juegos muestran 60 cuadros por segundo y tiempos de carga más cortos, incluso aquellos que hicieron sudar a One. Ten en cuenta que Series S solo emula la versión One S de los juegos (con mejoras), mientras que la Series X emulará las de One X.
Por otra parte la compatibilidad y el salto entre generaciones es más claro y abundante con el Smart Delivery de Xbox.