Warzone y Modern Warfare no son los únicos que han atravesado problemas con su Grau 5,56, que Call of Duty tiene problemas de balance de armas y demás es muy viejo. CoD no es precisamente una saga que se caracterice por estar bien equilibrada, por lo menos en lo que se refiere a sus armas, habilidades, respawns, mapas, etc. No es que sea un desastre, no nos malinterpretéis, pero tampoco es que esté perfectamente pulida siempre. Si bien en el pasado ya os hablamos del grave problema de los respawns y repasamos algunas de las armas más rotas de su historia, ahora nos aventuras a destacar algunos de los problemas más gordos con los que se ha topado su multijugador.
Desde armas en concreto hasta glitch y habilidades pasadas de rosca que no es que necesitasen un retoque, es que deberían haber sido eliminadas del mismo juego. La mayoría, como podréis adivinar, provienen de Modern Warfare 2, pero también hemos dejado paso a otros Call of Duty que también prestaron elementos que quemaron a la comunidad.
Las escopetas Modelo 1887
No es que estemos hablando de un arma que estuviera desequilibrada con respecto al resto y necesitara unos ajustes, como la mayoría de casos a lo largo de la historia de Call of Duty. Es que las Modelo 1887 tuvieron que ser prácticamente anuladas por Infinity Ward en Modern Warfare 2 porque eran capaces de matar a enemigos a distancias donde se requeriría un fusil de asalto. Y no solo, sino que además mataban de un solo disparo de duales. Es decir, era una baja instantánea prácticamente a cualquier distancia. Una auténtica barbaridad y posiblemente la escopeta más rota de cualquier Call of Duty.
Las combinación de habilidades Camaleón y Peligro Cercano
De nuevo por los lares oscuros de Modern Warfare 2. Todos los CoD tienen combos de habilidades que hacen que los jugadores puedan ir, más o menos, volando por el mapa. Pero lo del Camaleón y el Peligro Cercano es otro rollo. La clase aquí era equiparse un lanzagranadas y ponerse esas dos habilidades. La primera, Camaleón, nos reabastecia en pocos segundos de toda la munición explosiva. Mientras que, la segunda, hacia que esas explosiones fueran dos veces más poderosas de lo normal. Por lo que si tirábamos un proyectil de lanzagranadas a bastantes metros del enemigo, conseguíamos la baja de todos modos. Munición infinita y daño máximo, habilidades que hacían que nos convirtiéramos en el Doom Slayer.
El abuso del Javelin y su glitch
No es que lo hagamos adrede, pero es que la mayoría de problemas más gordos de la historia de la saga vieron la luz en Modern Warfare 2. El Javelin, que podemos encontrar en Warzone y Modern Warfare bajo el nombre de JOKR, es uno de los lanzacohetes más útiles para destruir vehículos, puesto que asciende a lo más alto y cae teledirigido en el punto que marquemos. Ahora bien, es un arma de doble filo, porque puede ser empleada también en contra de los enemigos de infantería si apuntábamos a sus puntos de reaparición. Pero eso no es todo, dado que un glitch hacía que la explosión del Javelin se quedase, digamos, en nuestro interior y cuando moríamos explotábamos con lo haría el misiil. Un verdadero martirio...
Y hablando de martirios... ¿Recordáis la Mano del Muerto?
También conocida comúnmente como “la mano del manco” por la comunidad de Modern Warfare 3, esta “habilidad” (que en realidad era una especie de apoyo que te regalaba el juego si morías muchas veces seguidas) hacia que cayéramos el suelo como si usásemos Última Batalla, pero en realidad era una trampa mortal en la que los enemigos, cuando nos remataban, explotaban en mil pedazos, puesto que nuestro cuerpo se convertía en una pequeña bomba nuclear.
Los disparos desde la cadera de Call of Duty: World at War
Ya os hablamos en una ocasión de que World at War fue en su momento como una especie de intento por parte de Treyarch de aproximar Call of Duty a la esencia de Counter-Strike, pero la cosa no salió demasiado bien. El resultado, fue que se creó un CoD en el cual los subfusiles como la MP40 o la Thompson barrían todo el escenario simplemente disparando desde la cadera. No hacía falta apuntar o meter mirilla, puesto que las balas iban más rectas sin apuntar, que apuntando. Una verdadera locura.