Riot Games ha experimentado una fase de transición sobre cómo afrontar el lanzamiento de nuevos campeones y reworks en League of Legends. La desarrolladora se dio cuenta, tras lo acontecido con Senna y Aphelios, que la filosofía seguida hasta ahora no funcionaba demasiado bien y han preferido dar marcha atrás para plantear los estrenos en la Grieta del Invocador de una forma diametralmente opuesta y orientada al largo plazo.
Riot disipa de forma bastante explicita el que ya hemos bautizado como “dilema de Volibear”. Sin embargo, la desarrolladora no se ha confirmado con ratificar su actitud de cara al lanzamiento de estos nuevos campeones si no que ha decidido hacer un ejercicio de transparencia y explicar a la comunidad de League of Legends cómo funciona este tema de puertas hacia dentro.
El plan de ataque de Riot cuenta con cuatro fases. La primera empieza solo tres días después del lanzamiento del parche, del estreno del nuevo campeón o la llegada del rework a League of Legends. Es, probablemente, la más sensible de todas y la filosofía es clara: no tocar nada salvo que sea increíblemente evidente.
Con esta primera decisión, ganan algo de tiempo hasta el primer parche, ya con datos más exhaustivos y con un poco más de estabilidad. Los cambios pueden llegar para tratar de estabilizarlo un poco más, pero en principio se espera a que los profesionales lo jueguen para empezar a ponerse drásticos.
Una vez un campeón debuta en la escena competitiva de LoL se observan nuevas formas de jugar y combinaciones no conocidas. Los profesionales lo son por algo y normalmente son capaces de sacarle más partido a los personajes. Además, así se observa si las mecánicas necesitan cambios y no es suficiente con tocar las estadísticas.
En última instancia, cuando todos los jugadores ya son capaces de masterizar el campeón, algo que sucede aproximadamente tres meses despues, se comienza a pensar en cambios para volver a ajustar su poder a largo plazo si son necesarios.
Quizá, lo más curioso, es que Riot sigue ahora este proceso con todas las nuevas inclusiones a League of Legends por pequeñas que sean. Ni las runas ni los objetos se escapan a la supervisión de un nuevo modelo de trabajo que sobre el papel parece mucho más eficiente.