Valorant, antes conocido como Project A, supone un nuevo desafío para Riot. El mundo de los shooters necesita de buenos sistemas anticheat para evitar que los tramposos puedan imponer su juego obteniendo ventajas cruciales con las que conseguir derrotar a sus rivales de forma totalmente injusta.
Para evitar esto, Riot se ha puesto las pilas a la hora de conseguir en Valorant un sistema totalmente blindado para proteger el juego limpio.
Valorant tendrá tolerancia cero con las trampas
Para conseguir su objetivo, Riot no solo ha creado un software anticheat. Desde la compañía han tratado de cambiar la forma en la que funcionan los shooters, tratando de traducir y reinterpretar el sistema de niebla de guerra del League of Legends a Valorant. Básicamente, esto hace que la información sobre la ubicación de los enemigos no exista en el sistema de los jugadores hasta el momento en el que hay contacto visual.
Además, la arquitectura del juego estará sometida al servidor, que limitará nuestras acciones. No podremos movernos por encima de velocidades previamente fijadas o teletransportarnos por el mapa.
Sin embargo, aunque las trampas de visión y movimiento son particularmente molestas, estamos en un shooter competitivo. Esta clase de juegos son uno de los objetivos prioritarios para los desarrolladores de software basados en ayudas de apuntado o macros para evitar el retroceso de las armas. Para esto, Riot ha creado su propio anticheat, Vanguard. Su función es complementar un sistema que, sobre el papel, luce perfecto.
Se espera que el nuevo software elimine por completo a los tramposos y aprenda de ellos al más puro estilo VACnet. En caso de que todo falle y un jugador sea detectado como tramposo durante el transcurso de una partida, será sancionado de forma inminente y el resto de los jugadores no recibirán ningún tipo de penalización. Está será la última red de seguridad: si algo sale mal y se cuela un tramposo, el resto de jugadores son absueltos y vuelven al menú con un empate.
El sistema anticheat del nuevo Project A parece prometedor. Evitar las trampas es uno de los primeros pasos para poder desarrollar una experiencia competitiva que merezca la pena. Si a eso le añadimos las mejoras a la conexión, parece que Valorant cumplirá con los requisitos.