Cuando parece que estamos yendo en la dirección correcta y que la sociedad puede evolucionar hacia algo mejor, aparecen (de debajo de las piedras) una serie de individuos que se toman la libertad de creer poder imponerse sobre las decisiones de otros. Sin preocuparse demasiado en aquello de no herir a los demás y dejar que cada uno haga lo que quiera (a no ser que busque hacer daño a otros).
A pesar de que los videojuegos y los esports puedan servir para muchos como una vía de escape para la vida real, tampoco se libran (ni lo uno ni lo otro) de la homofobia, el bullying o el acoso. Desgraciadamente, vivimos en una sociedad donde estos parece que hayan sido concebidos exclusivamente para hombres, y no para todos, sino para un perfil en concreto. Así, por lo menos, lo indican los últimos estudios, que afirman que el 70% de la comunidad gamer son hombres de entre 25 y 35 años. Pero, ahora bien, eso no es sinónimo de que se tenga que rechazar o maltratar a las mujeres, por ejemplo, que formen parte de esa comunidad o que quieran introducirse en ella. Aunque ese es otro tema que merece otro texto.
Fortnite, FIFA y Minecraft son los tres videojuegos que mayor interés generan en la comunidad.
No obstante, viene bien como enlace por el maltrato que ha sufrido uno de los jugadores profesionales de League of Legends más destacado de la escena competitiva: Dumbledoge, el también conocido como asesino de Faker. Según unas declaraciones, el jugador indica que se está planteando abandonar su carrera en los esports debido a la discriminación y acoso que ha sufrido por parte de la comunidad de LoL e incluso de sus propios compañeros. ¿Ya habéis intuido el motivo? Por decir públicamente que es homosexual.
Decíamos antes que venía como un guante ese rechazo que una parte de la comunidad masculina realiza hacia la femenina, porque también se aplica a todos aquellos "gamers" que se alejan de la heterosexualidad y no siguen su patrón estándar que consideran adecuado y normalizado. Un comportamiento que también, obviamente, podemos ver en la sociedad de un modo mucho más generalizado, pero que aquí parece estar todavía más impune que en otros casos. Los videojuegos multijugador parecen ser un foco de atracción para esos comentarios en los que se pueden decir palabras como “maricón” (por ser muy suave) sin que pase nada. Es la seguridad que otorgan un apodo y una pantalla, que hacen que el agresor todavía se empodere más y vea que puede hacer lo que vengan en gana, dado que no hay ningún tipo de sanción que haga que este no pueda repetir, una y otra vez, sus ataques.
Puede que el caso más extremo que hayan vivido los videojuegos y los esports con respecto a esto, fuera el de María “Remilia” Creveling. Una joven profesional, también de League of Legends, que sufrió un acoso indescriptible por parte de la comunidad del juego en línea de Riot Games que la condujo a sufrir una depresión de la que parecía que no iba a salir nunca (si queréis más sobre el caso de Remilia, podéis leer el texto que dedicamos en su momento aquí mismo a causa de su repentino fallecimiento).
La historia de Remilia es una historia de esports y League of Legends, pero sobre todo una historia de vida.
Es un problema que ya no solo puede verse en momentos puntuales, sino que se repite una y otra vez. Sin castigo. Sin consecuencias. Sin nadie que tome cartas en el asunto y deje que otros se tomen el lujo de dar y quitar el carnet de gamers. No venimos aquí a decir cuál es la solución perfecta ni la más indicada, porque tenemos poco de mesías.
Pero sí que conviene empezar a tomar una conciencia real para que cada vez que aparezca un caso como el de Dumbledoge o Remilia, la comunidad se una en contra de los que generan esas oleadas masivas de bullying para intentar sanear lo máximo posible el mundo de los videojuegos de figuras homofobas, misóginas y machistas. Un sueño que podría hacerse realidad mañana mismo si todos ponemos de nuestra parte. Tan solo con un granito de arena de cada uno, se puede pelear contra eso.
De hecho, parte de la comunidad de League of Legends ya se ha movilizado en contra del compañero de equipo principal que acosaba a Dumbledoge con comentarios poco agraciados: Zeitnot. Aquí mismo podéis ver un ejemplo de ello. El público pide a gritos que el jugador sea baneado de inmediato.
Riot Games por ahora no se ha pronunciado sobre el asunto (justo en el momento en el que estamos escribiendo esto). Pero la compañía no tardará en tomar cartas en el asunto y, estamos seguros de ello, sancionar de la forma más justa posible a los responsables de este acoso y bullying que ha sufrido Dumbledoge.
Dumbledodge, el asesino de Faker, se ve forzado a tomar esta decisión por no poder soportar las constantes mofas homófobas de sus compañeros.
