Que más gente pueda jugar a Football Manager 2021 es una excelente noticia. El lanzamiento del título para Xbox One y Series ha supuesto el resurgir de la saga en una plataforma que abandonó hace ya trece años. Demasiadas ediciones que se quedó sin disfrutar el público. Sin poder crear su propia historia en el mundo del fútbol y descubrir lo que realmente es la simulación de estar en un banquillo y ver crecer tu equipo.
¿Qué es Football Manager?
Hay pocas cosas que se puedan decir de la saga Football Manager que no se hayan dicho ya. Estamos hablando de un juego que funciona en formato de páginas de Excel conectadas entre sí y cuenta con una interfaz que le da un tono más carismático al asunto. Un simulador de gestión futbolística que, como dijimos el año pasado cuando enfrentamos la anterior versión, tiene mucho más de rol y fantasía de lo que en principio podamos imaginar.
Hablamos de la saga que nos invita a irnos a la Non League inglesa para elegir un equipo de quinta división en horas bajas. También del título que acumula una media de tiempo dedicado por jugador de 252 horas anuales o del que llegó a acuerdos de colaboración con equipos de fútbol del nivel del Everton para ofrecerle sus bases de datos y que los Toffes tuvieran acceso a las fichas de jugadores de todo el mundo con su potencial evaluado.
El nivel de detalle de Football Manager y sus infinitas opciones para tomárnoslo con mayor o menor profundidad es exagerado. Desde que nos ponemos a los mandos de un equipo hasta que realmente tenemos una idea clara de cómo queremos jugar, qué jugadores debemos mantener y en qué parte de la plantilla hacer refuerzos pueden pasar varias horas o hasta sesiones.
Todo importa y en todo decidimos. Instalaciones de entrenamiento, gestión de los equipos filiales, negociación de contratos o ampliaciones de estadio…. Los ejemplos son infinitos, pero para que os hagáis a la idea os podemos decir simplemente que el Brexit está presente en esta versión con los cambios que eso implica a las normas sobre fichajes en el fútbol inglés. ¿En qué juego os decepcionaría que los estadios tuvieran público en esta edición en medio de la pandemia? Ese nivel de exigencia es el que se le pone a Football Manager porque los fans saben que puede estar a la altura.
Rescatando su vuelta a Xbox
Sin embargo, no estamos evaluando aquí la calidad general del título. Si nos detenemos en esta versión para la familia de consolas Xbox es porque es aquí donde pondremos el baremo. Sabemos de lo que es capaz Football Manager en PC y que la versión de este año 2021 incorpora ciertos añadidos interesantes sobre la experiencia que analizamos el año pasado y elevan todavía un poco más la calidad del título, continuando con su ascenso tan lento como seguro.
El verdadero misterio de la entrega del juego en Xbox One y Series era como iba a funcionar en consolas y, pese a que somos los primeros que se deshacen en halagos con la versión original, lo cierto es que esta vez no repetimos sensaciones ni podemos estar tan satisfechos como nos hubiera gustado.
En primer lugar, conviene destacar un aspecto positivo. El mayor lastre que acompañaba al juego en el pasado cuando hablábamos de consolas y, en general, de discos duros al uso y no de sistemas SSD está solucionado en la versión de Xbox Series y, según hemos podido documentar sin una experiencia directa, también en One. Los tiempos de carga son bastante agradables y no nos harán desconectarnos de las partidas por pura frustración.
También merece la pena rescatar un punto algo más tibio, pero que ha resultado ser agradable. Pese a partir del título de móviles, a Xbox han llegado la mayor parte de las opciones de PC. No tantas como nos hubiera gustado, pero tampoco tan pocas como para que el título pierda su esencia. Un claro planteamiento amarrategui en el que, eso sí, perdemos oportunidades como las de dar charlas en los descansos de los encuentros o algunas funciones de gestión de vestuario.
Su sistema de control, el gran handicap
Aun así, mucho nos tememos que la parte positiva se acabó. Hay innumerables softwares en PC que nos permiten convertir nuestro mando en un puntero al estilo del teclado y ratón. La mayoría funcionan bien para tareas simples o cuando lo que estamos mapeando es un teclado y simplemente queremos crear atajos y que, por ejemplo, pulsar el control arriba en las flechas direccionales sea equivalente a la w.
Si alguna vez habéis hecho uso de este tipo de programas, sabréis que convertir el ratón en un joystick es un infierno en cuanto a funcionalidad que nos impide ejecutar las acciones más básicas con precisión. La bendición que nos ofrecen los periféricos de PC es precisamente esa. Una coordinación mano ojo instantánea a través de una pantalla. Y, ¿qué pasa cuando tratamos de buscar precisión en un mando?
Lo que pasa, ya os lo decimos, es que solo se puede hacer razonablemente mal. Hay muy pocos títulos de estas características que lleguen a consola sin menús simplificados o convertirse en una experiencia netamente inferior. Un problema que sufre Football Manager que en su versión de Xbox se siente increíblemente torpe en cualquiera de los dos métodos de control disponibles y que pide como el comer que enchufemos un ratón a nuestra Xbox.
Esa funcionalidad llegará en el futuro, pero a partir de ahí nos encontramos con otro problema. Football Manager exige muy poco a un PC para poder empezar a funcionar. No en vano la simulación se hace con unos gráficos que cumplen el mínimo necesario, y tampoco se exige cambio alguno al respecto. A lo que vamos no es a criticar eso, que es parte de la identidad, si no a que hay pocos motivos para jugar una versión inferior de un título que podrás ejecutar en un portátil de hace casi una década, por mucho que se parezca a la esencia original.
Ficha completa
- Título: Football Manager 2021 Xbox Edition
- Desarrolla: Sports Interactive
- Plataformas: Xbox One, Xbox Series.
- Fecha de lanzamiento: Ya disponible
- Precio: 39.99€
Shady Part of Me tuvo un espacio destacado en los Game Awards con un tráiler que anunciaba su disponibilidad inmediata para todas las plataformas. Un indie de cuidado aspecto visual y premisa introspectiva que pasaba por debajo del radar y merece la pena ser tenido en cuenta.
