Está claro que una nueva consola con unos gráficos impresionantes siempre demanda un gran blockbuster con un techo técnico altísimo. Sony hizo los deberes con la dupla de Demon's Souls y Spider-Man Miles Morales, pero también se acordó de los más pequeños de la casa (y de los amantes de las plataformas) con el interesante Sackboy, así como con el extraordinario Astro's Playroom preinstalado en cada PS5.
Con esto ya se cumplían los sueños de muchos que querían estrenar la consola de nueva generación por todo lo alto, pero Sony quiso gustarse. Como un delantero que remata con una rabona a puerta vacía, PlayStation Plus sumó a su primer mes de servicio en PS5 un juego pequeñito, pero que ya se quedó con muchas miradas durante el baile de conferencias online durante estos últimos meses. Aunque el juego también está disponible para PC a través de Epic Games Store, estamos hablando de Bugsnax.
Quizás no hayáis visto el tráiler de anuncio, pero creo que merece la pena que le echéis un vistazo para que todos estemos en la misma página a la hora de analizar el nuevo trabajo de Young Horses, los creadores del viral Octodad.
La premisa del juego es tan simple como su lema: "Somos lo que comemos". Una serie de gruñecos (unos muñecos de felpa bastante graciosos y variopintos) han colonizado la Isla Tentempié, un lugar paradisíaco que alberga en su interior todo tipo de bichisnax, una especie de animalillos con forma y sabor de comida. Desde hamburguesas con patas, pasando por polillas hechas de doritos o incluso orugas cuyas piezas son gajos de lima, una cantidad enorme de fauna puebla este enclave tan enigmático.
Y no es sólo que sean deliciosos, si no que además alteran el ADN de quien lo come para que este tenga extremidades y partes de su cuerpo que recuerden a ese bichisnax comido. Si era como una fresa, uno de tus brazos será ahora un par de estas pequeñas frutas, si comes un helado, probablemente pases a tener dos bolas de fresa y nata por pies. Si no tuviera una capa cartoon por encima, seguramente sería uno de los juegos más inquietantes en mucho tiempo.
Nuestro rol es el de un periodista de raza, de esos que busca las historias más increíbles, pero que llega tras unos muy malos trabajos. En nuestro periódico nos dan una última oportunidad, seguir el hilo de Elisaberta Higochumbo, la colonizadora de la Isla Tentempié y quien ha dado a conocer al mundo los bichisnax; o al menos sembró la curiosidad en la sociedad gruñeca. Hacemos el petate con nuestra libreta y nuestra grabadora, y nos disponemos a ir a la aventura.
El problema es que la llegada no es en absoluto fácil. Un gran animal volador compuesto de trozos de pizza ataca nuestro globo y tocamos tierra de la peor forma posible. Un contratiempo que nos llevará a conocer a Canelo, el alcalde de Snaxburgo. Con él comenzaremos la búsqueda de Lisa, que está en paradero desconocido y es nuestra entrevista estrella para el artículo, pero también aprenderemos sobre la naturaleza de los bichisnax y cómo relacionarnos con ellos y con el entorno.
Quizás en este punto os preguntéis "¿cómo se juega a Bugsnax?", y es justo. Bugsnax es un juego peculiar, pero en el que básicamente nos relacionaremos con los habitantes de Snaxburgo y cazaremos bichisnax mediante el uso de diversos artilugios. Tendremos una trampa que colocaremos en el suelo y podremos activar a distancia, un tirachinas con el que lanzar salsas que atraigan o repelan a los bichisnax o incluso una bola realmente graciosa de manejar.
A partir de este punto, iremos por diversas zonas y biomas de la Isla Tentempié para conseguir que la aldea siga creciendo a la vez que conseguimos pistas sobre el paradero de Lisa. Quizás un habitante quiera uno bichisnax helado concreto porque le queman los pies, u otro quiera intentar plantar alguno para buscar una fuente de alimento constante. Pero al final todo se reduce a lograr capturar bichisnax.
Quizás el desarrollo pueda no ser realmente llamativo, pero sí lo es una vez descubres como se relacionan elementos como las trampas, las salsas, o incluso los bichisnax entre sí. Cada uno de estos animalillos comestibles posee una personalidad de la que conseguiremos más datos tras hacerle una foto, casi como si de una pokédex se tratase. Quizás uno en concreto ame el kétchup y tenga miedo de un bichisnax concreto, por lo que necesitarás alejarlo de su temor para capturarlo lanzando salsa a lo loco.
No es que las posibilidades sean terriblemente abrumadoras, pero sí lo suficiente como para darle una pizca personalidad que roza el diseño sistémico y claramente nos hace pensar en Pokémon Snap. Hay combinaciones entre nuestras trampas realmente interesantes, bichisnax elementales que nos harán pensar un poco más en las relaciones de ellos con el entorno y muchos tipos de "formas de ser" de estos seres.
Pero nada de este juego funcionaría si no estuviera tan deliciosamente escrito, doblado y construido. Cada personaje tiene una personalidad bien definida que le permite ser recordado al instante. Canelo, el alcalde, es el típico personaje al que no le sale nada bien; pero también tenemos a un granjero que cultiva salsas y a un ganadero que cuida de los bichisnax cuyos dimes y diretes nos tendrán entretenido durante mucho tiempo.
Cada uno de ellos cuenta con misiones secundarias con los que conocerlos mejor, mientras sus relaciones durante los eventos de la ciudad funcionan a la perfección. El humor es la verdadera clave de todo, pero también hay espacio para cosas como un trato genial de las relaciones amorosas de todo tipo o algún arco de personaje interesante hacia el final del título. Por cierto, el doblaje inglés está genial, dándole aún más poso a los personajes.