Ponerse a tocar clásicos siempre es una apuesta arriesgada. Durante esta década de los dosmil, han habido posiblemente más remakes, reboots, y remasters que en cualquier otro momento de la historia. Y no solo en videojuegos, también en cine y televisión. Es evidente que los avances tecnológicos invitan en muchas ocasiones a que los creadores quieran darle una vuelta a ese clásico que en su momento fue toda una obra maestra pero que, ahora, luce un aspecto demasiado añejo como para resultar atractivo para el gran público. La lista de ejemplos es interminable y posiblemente ya estéis cansados de leer los mismos nombres en todas partes, por lo que no nos vamos a poner a recitar todos y cada uno de los juegos o películas que han vuelto a pasar por el taller para salir con un chasis nuevo, un motor de última generación y unas llantas que brillan más que un diamante recién pulido. Ergo, aquí estamos, analizando otro remake más. ¿Qué tal ha salido este Mafia: Definitive Edition?
En nuestras impresiones ya os adelantamos que este remake de Lost Heaven y la historia de Tommy Angelo se sentía mejor que nunca, pero en aquel texto solamente pudimos probar unas primeras horas del juego, sin poder verlo en profundidad y totalmente terminado. Ahora, con ya la obra finalizada en nuestras manos, vamos a repasar cómo ha quedado Mafia “definitivamente”.
Puede que en 2002 no tuviera sentido analizar Mafia desde la perspectiva de un crítico de series o televisión, pero en el contexto histórico en el que se lanza este remake sí que tiene toda la lógica del mundo. A principios de los dosmiles, Illusion Softworks intentó contraatacar al éxito de Grand Theft Auto III construyendo un mundo abierto pero en el cual la historia era extremadamente guiada para que el jugador no perdiera el hilo conductor en ningún momento y la narrativa brillase por encima de la libertad que se daba a los usuarios para que hicieran lo que les viniera en gana. De hecho, esa excesiva libertad fue uno de los puntos que arruinó parte de la trama de GTA III, porque al dar un libre albedrío a los jugadores estos preferían ir a atropellar a ancianas que a continuar con una historia que no les iba a permitir liarse a tiros con todo el mundo por la cara.
Si hacemos labor de historiadores y nos situamos en ese 2002, como decíamos, tiene sentido que Mafia optara por esa estrategia de narración “seriada” o por capítulos, puesto que incrementaba la unión del jugador con la trama principal y servía como arma para luchar contra GTA III. Ahora, en pleno 2020 con una masificación de productos televisivos y con videojuegos que adaptan perfectamente la esencia de mundo abierto con una continuada narrativa más o menos marcada sin la necesidad de obligar al jugador a tener que pasar capítulos como si estuviera viendo una serie o leyendo una novela para saber cómo prosigue la historia, resulta un poco chocante el hecho de que para disfrutar verdaderamente de Lost Heaven debamos ir a un modo libre o perdernos nosotros un poco por el mapa con el coche en mitad de las misiones que requieren que vayamos de un punto a otro (que son bastantes).
Estructura clásica para una obra renovada
Eso ahora mismo juega un papel de arma de doble filo. Por un lado, permite que la narrativa, y siento ser tan redundante, pueda mascarse a fuego lento (porque de hecho el propio juego es como si te diera la opción de poder dejar de jugar a cada misión que completamos, para que volvamos en otro momento y veamos cómo tira la trama, puesto que en cada misión la situación de los personajes es diferente y no es tan continuista como lo sería, por ir a un ejemplo clarísimo, un The Last of Us o un God of War) y disfrutarse como una misma serie de televisión con pequeñas tramas autoconclusivas y con otras que hacen avanzar el grosor de la historia. Mientras que, por otro lado, hace que los jugadores más hardcore y tradicionales sientan que simplemente están pasando pantallas como lo harían con una obra que no tiene ningún mundo abierto y simplemente nos guía por un camino. Mafia: Definitive Edition hace trampa, en ese sentido, porque a pesar de estar rodeados de la inmensidad de Lost Heaven somos en realidad simples peones que vamos de un lado a otro. Primero como recaderos y luego como verdaderos miembros de una mafia.
Y eso sí que es un punto en el que Mafia: Definitive Edition sigue intacto y aun mejora más con respecto a su versión original. La calidad narrativa y cinematográfica que posee la obra es digna de aplauso. Este remake, que quede bien claro, no renuncia a la historia del título que mejora, sino que la potencia más y la pule hasta decir basta. Los diálogos, las cinemáticas e incluso determinadas evoluciones de personajes que ahora quedan mucho más claras gracias a las conversaciones que mantienen entre ellos en las largas rutas de coche. Aquí se puede sentir más la unión o desunión entre ellos por el mimo y cuidado que ha puesto Hangar 13 en cada una de las secuencias que tenemos, por ejemplo, a Paulie y Tommy juntos. Hablamos de diálogos y conversaciones que escribiría el mismo Tarantino para aderezar la trama principal y que resulta que a veces terminan siendo más interesantes que la propia misión que debemos llevar a cabo.
Historia de cine
Con un cóctel de Uno de los nuestros (1990, Martin Scorsese), El Padrino (1972, Francis Ford Coppola) y Érase una vez en América (1984, Sergio Leone) se construye la historia de Mafia, en la cual encarnamos a Tommy Angelo, un taxista de la ciudad de Lost Heaven que termina convirtiéndose en miembro de una de las mafias más influyentes, los Salieri. La trama, tranquilamente, la podría haber firmado alguno de los directores mencionados anteriormente y nos lo creeríamos igual, por el desarrollo, auge y caída de la misma está exactamente milimetrada a la estructura que siguen los largometrajes, series y novelas de mafias. Se pasa por una introducción, en la cual el personaje protagonista debe tomar la decisión de unirse a una familia o una banda realizando determinadas tareas. Un nudo en el que, ya metidos de llenos en la organización criminal, se debe lidiar con traiciones, decisiones de vida o muerte y con problemas familiares y personales serios. Y un desenlace en el que la policía o cualquier cuerpo legal del estado entra en juego y el protagonista se ve en mitad de dos bandos. Eso, o eres Coppola y te gusta acabar las películas con una buena sangría cargándote a todo el mundo. Pero eso está a la altura de muy pocos.
En ese sentido, la trama de Mafia continúa fresca como el primer día y no se resiente en absolutamente nada. Los arcos de los personajes, como ya hemos dicho, evolucionan con un peso dramático perfecto para dar un peso adecuado al protagonista y los hechos que se nos representan en pantalla terminan pudiendo afectar al jugador gracias a la unión que se establece entre usuario y protagonista a lo largo de los capítulos. Nada realmente destacado a lo que sacar punta para buscar el fallo aquí.
¿Cómo se siente y se ve?
En términos de jugabilidad, Hangar 13 también se ha esforzado lo suyo en procurar que no sea tan tosca como el título original, puesto que aquel presentaba serios problemas en la movilidad del personaje, los tiroteos y hasta en la conducción. Si bien los dos primeros han sido salvados de forma efectiva, el tercero todavía se nos resiente un poco. Tal y como os explicamos en nuestras primeras impresiones sobre el título, la conducción es un tanto brusca y hace que en muchas ocasiones nos choquemos con casi todo. Es pesada, dura y no acaba de responder como nos gustaría. Aunque es infinitamente mejor que en la obra original, todo hay que decirlo.
La intensidad de algunos tiroteos con Thompson en mano son más espectaculares que nunca. Y esa set pieces de acción de combinan con algunas de sigilo y persecución que balancean bien las dosis de adrenalina y “relajación”, en el sentido de que en esta última, si estamos en una misión de infiltración, la tensión no es tan alta como cuando te piden que defiendas X mercancía y debes acabar con todos los enemigos de forma rápida. Eso, y además estar pendiente de tu barra de salud, que baja espectacularmente rápido si recibes algún impacto. Queda claro que esto no es Call of Duty ni un juego de acción cualquiera. Una bala en Mafia, es una bala. Toca emplear el sistema de cobertura incorporado en este remake y posicionarse bien para eliminar a las bandas rivales.
En el apartado gráfico y visual, como ya seguramente habréis podido en las imágenes y tráilers, estamos frente a un Mafia increíble. Si lo comparamos con el original, claro, no tienen absolutamente nada que ver. Y la obra de 2002, realmente, ha envejecido bastante mal en lo visual, por lo que esta nueva realización de texturas y escenarios le ha venido como un guante a la saga para mantenerse actualizada y pueda subirse al carro de los videojuegos actuales. Aunque no llegue a ser tampoco nada despampanante por sí solo, puesto que donde gana es cuando comparamos obra original y remake. Cosa que tampoco tiene todo el sentido del mundo, dado que se llevan 18 años y el principal motivo por el que se realiza la revisión es para, precisamente, que luzca de maravilla. En cualquier caso, os dejamos aquí esa comparación para que veáis cómo se comporta en el remake la iluminación, los reflejos y el lavado de cara a los personajes.